"Lo de esperar 24 horas para denunciar es un mito, cuanto antes, mucho mejor"

Una vez que se presenta la denuncia, lo primero que se hace es valorar el tipo de riesgo

I.H.
28/09/2016
 Actualizado a 13/09/2019
Un momento de la entrevista al sargento primero. | DANIEL MARTÍN
Un momento de la entrevista al sargento primero. | DANIEL MARTÍN
Cada desaparición es distinta, asegura el jefe del Grupo de Delitos contra las Personas de la Guardia Civil de León, pero a grandes rasgos, el protocolo pasa por recoger la denuncia, y niega el mito tan extendido en la sociedad de que tienen que pasar 24 horas para que se considere a una persona desaparecida: «No es así, porque de hecho las primeras 24-48 horas son las más importantes desde dos puntos de vista, primero desde el punto de vista de la víctima, de en qué circunstancias puede encontrarse, tenemos un caso muy claro, el de la mujer que se localizó ayer (por el lunes) en Vilecha, en un maizal que estaba ya la pobre en las últimas; y después desde el punto de vista operativo, de la investigación, elementos técnicos que puedan ser unas grabaciones de una cámara de seguridad o tema de telefonía tienen una duración».

«De lo de las 24 horas, nada, lo que hay que hacer es cuanto antes ponerlo en conocimiento de las fuerzas de seguridad para empezar a funcionar», insiste. Además, la recogida de la denuncia tiene que ser lo más amplia posible, «recogiendo el contexto laboral, personal, social, familiar... tenemos que reflejarlo de una manera bastante detallada, incluso con un perfil psicológico, si es una persona introvertida, extrovertida, si tiene depresión, situaciones de conflicto que haya tenido recientemente... Todo eso debe quedar reflejado».

Una vez que se presenta la denuncia, lo primero que se hace es valorar el tipo de riesgo. Hay dos: alto o limitado. «Todas las desapariciones se considera que tienen un riesgo, como mínimo limitado. En caso de menores o mayores con algún tipo de demencia siempre se consideran automáticamente de riesgo alto, salvo en el caso de menores que sean fugas reiteradas de centros de internamiento», aunque aclara que el tratamiento en cuanto a la búsqueda va a ser el mismo. Hecha esta valoración se introduce la denuncia en la red policial a nivel europeo y se procede a tratar de determinar si la desaparición ha de clasificarse como voluntaria o involuntaria. Dentro de las no voluntarias no tiene por qué haber indicios de criminalidad en todas ellas. «Una desaparición no voluntaria pero no criminal sería, por ejemplo, una persona que se pierde en el monte o una persona que se rompe una pierna y está por ahí perdida. Y después tendríamos las desapariciones con indicios de criminalidad, y ahí ya diferenciaríamos entre las desapariciones que pudieran ser una retención, un secuestro, con fin, por ejemplo, de tema sexual, y después ya las que son directamente un homicidio, las primeras pueden acabar en las últimas, es decir, una retención para pedir un secuestro y después acaba en un homicidio», explica.

Y teniendo en cuenta un poco las circunstancias de la desaparición y el color que va adquiriendo todo ello, se hará cargo de la investigación una unidad u otra. La mayor parte de las investigaciones la llevan las unidades territoriales, que son los puestos, y en 24-48 horas están solventadas, pero bien por la complicación, bien un poco por los indicios que van surgiendo, puede pasar a las unidades de Policía Judicial o, incluso, como está sucediendo con el tema de Diana Quer, que lo lleve la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Coruña, que lo lleve la Unidad Central Operativa (UCO), o la Unidad Técnica de Policía Judicial, en colaboración. «Trascurridos diez días de la desaparición lo que hacemos es obtener unas muestras de ADN de los familiares más cercanos para introducirlos en la base de datos de cadáveres sin identificar, personas desaparecidas que puedan aparecer por ahí para cotejar», explica.

Y añadeque es muy importante trabajar sin ideas preconcebidas: «Los temas de desaparecidos son casos muy complicados porque, con estos casos pasa un poco como con los suicidios, el investigador tiene que ir sin ideas preconcebidas, es decir, te dicen que es una desaparición voluntaria, pero bueno, vamos a verlo, nos tenemos que convencer de que lo es».
Archivado en
Lo más leído