Las verduras y hortalizas, fuente de salud y de vida

Las verduras y hortalizas leonesas son uno de esos tesoros de nuestros huertos, de nuestros pueblos, de nuestra sobrevivencia que tantas veces nos pasan injustamente desapercibidos pues guardan mucha salud y muchas historias

Toño Morala
27/03/2017
 Actualizado a 18/09/2019
Feria del pimiento de Fresno de la Vega, una cita en la que se dan cita gran parte de los hortelanos de la provincia de León. | DANIEL MARTÍN
Feria del pimiento de Fresno de la Vega, una cita en la que se dan cita gran parte de los hortelanos de la provincia de León. | DANIEL MARTÍN
Cómo me gustaría que hubieran conocido a un tío del que les escribe, que era una gran persona, -regalaba el corazón a todo el mundo-, y a la par era un manitas con la huerta… hortelano a tiempo casi completo, el resto lo ganaba en la mies; en el duro trabajo de la mies; se llamaba Juan Antonio, y poco salió de aquel Villamoratiel de las Matas de aquellos años.Pero no se lo pierdan; como todas aquellas mujeres y hombres de nuestro agro, la inventiva era el pan suyo decadadía; me gustaba hablar conél, era un hombre de pocas palabras, pero muy sabias, y con esa tranquilidad que da el paso de los años, me iba hablando de su vida; y entre muchas cosas, me acuerdo cuando me contó cómo hizo el pozo de agua tan grande desde abajo hasta la boca… tardó más de cuatro años en acabarlo, a ratos libres, y lo hizo él solo;como también me comentó cuando compró unmotor Campeón de gasolina en aquellos tiempos para sacar el agua y poder regar…y la guerra que le daba la jodida cebolla de la manguera cada vez que regaba; se le vaciaba de nada, hasta que inventó algo y se acabó el problema. Aquella huerta en aquellos años era toda una bendición, pues recolectaba para parte del pueblo y para la casa, así como para los cerdos, las gallinas, los conejos… en fin, lo dejo aquí como pequeño recordatorio de aquellas grandes personas que le sacaron el fruto a una tierra dura, sin apenas pedir nada a cambio.

Comenzar hoy con estos tremendos manjares tiene su aquel y, si además el hambre nos traiciona, aún peor… pero qué mejor que hacerlo con lo nuestro, con lo que nuestras mujeres y hombres trabajanen la memoria de la tierra; esta tierra dura, -imagino que como todas-, y donde la azada se clava en ella sin hacerle nada de daño; más parece que la acaricia con esa sabiduría que las manos ordenan. La tierra, la nuestra, esa magnífica e indomable que nos da todo; los hortelanos, sabedores desde siempre cómo tratarla, la miman y cuidan como a un miembro más de la familia, y claro quelo es; la tierra es la vida, y de ella nos criamos todos, sobrevivimos gracias a ella. Y qué mejor que hacerle un pequeño homenaje a través de lo que nos da; esas hortalizas y verduras, -entre otras muchas cosas más-, que son fuente de vida y salud. Ahora como a los chavales les crían no se sabe muy bien a qué… pues estas hortalizas y verduras , se quedan como fuera de mucha de las alimentacionesque tanto médicos como cocineros pregonan y recomiendan… como ejemplo, ahí está esa dieta mediterránea. Hortalizas y verduras se quedan fuera de mchas alimentaciones que hoy se pregonanCuando voy por ahí, por estas nuestras tierras y otras, la mirada me lleva a estas cosas tan importantes, pero a la vez tan simples y humildes, y me fijo en el trabajo realizado enlas huertas y esos pequeños invernaderos; me fijo en la cuerda que reposa sobre la tierra para hacer los surcos derechos, me fijo en las casetas y en cómo, del tejado, cuando llueve, el paisano recoge el agua en un depósito, de esa manera tiene la suficiente para semilleros y regaderas del comienzo de la campaña. Es por esta época cuando los hortelanos comienzan su gran labor en las huertas; el sol del comienzo de la primavera se alarga,mientras los semilleros comienzan su ardua y silenciosa labor. La tierra ya está abonada con abono orgánico, ya están los motocultores y palas preparando la tierra, e incluso, muchos, ya tienenlos surcos hechos y algo plantado como cebollas y otras verduras. Da una verdadera alegría el fijarse en estas cosas de las huertas, de esa manera te vas dando cuenta que lo importante está en buenas manos… enmanos de estos hortelanos a tiempo completo, o para pasar el rato y no aburrirse tanto; pero eso sí, con un buen trago de la bota o el botijo al lado, y un poco de pan y lo que haya, es más fácil realizar estas labores de la huerta. Especies como el ajo, apio, brócoli, calabazas o coliflores llegaronen un primer momento de la mano del pueblo romano, durante los siglos de dominación de la Península Ibérica,pero sería con la invasión musulmana cuando su consumo y cultivo se desarrollaría gracias a las nuevas técnicas de control del agua mediante acequias y norias (ya comenzadas por los romanos). Este pueblo aprovecharía productos como el guisante verde, espinacas, judías verdes o cebollas por sus propiedades alimenticias y usos medicinales o terapéuticos. En los siglos XVIII y XIX descendería el consumo de verduras y hortalizas entre las clases elevadas de la sociedad debido a que se convirtieron en alimentos indispensables para el pueblo llano. Perdieron su exclusividad. En esos momentos la base de la dieta entre los más desfavorecidos estaba compuesta principalmente por la ingesta de cebollas, rábanos, zanahorias o patatas. Durante la segunda mitad del siglo XX volverían a destacar las propiedades nutritivas de estos alimentos convirtiéndose de nuevo en productos básicos de mercados. Y vamos a pasar de soslayo por algo de la historia de estos manjares… solo de algunos, que hay muchos. El tomate: épica entre el dato y el mito. Bernal Díaz del Castillo lo menciona entre los manjares ofrecidos por Moctezuma a Cortés, y su nombre apenas ha cambiado desde el tomateazteca. Varios textos del siglo XVI describen su aclimatación en jardines de Andalucía y su bondad para “las salsas” y ensaladas.

La tierra es la vida,  de ella nos criamos todos, sobrevivimos gracias a ellaAparece en tratados gastronómicos en su avance desde lo exclusivo a lo popular, ya con los Borbones. El pimiento: fuego para las regias lenguas. Colón carga en las bodegas algunos ajíes y los denomina pimientos por considerarlos una variedad de la pimienta. La planta seguro le reafirmó en su creencia de hallarse en una sucursal de las islas especieras. Los Reyes Católicos fueron los primeros en probarlos. López de Gómara atestigua cómo ese chile «quemó su lengua». Su inmediato uso como condimento barato, independiente de turcos y genoveses, impulsó su cultivo y cruzamientos hasta llegar a las múltiples variedades actuales. Y de la cebolla: en la cuna del hambre… Se conserva bien, es fácil de transportar y versátil en climas y suelos varios. Por eso su cultivo es inmemorial, al menos desde hace 5.000 años en China e India. Los vedas glosan sus cualidades medicinales, casi idénticas a las que hoy certifica la ciencia. Aparecen cebollas alargadas y verdes en los jeroglíficos, tanto en mesas faraónicas como obreras. En la Edad Media, y mucho más cerca, alivió las hambrunas. ¡Ay, ay, ay! y del ajo… «Olor a villanía», dejó dicho Don Quijote. El ajo es una planta civilizada, antiquísima, probablemente oriunda de Asia Central, e ingrediente vital en toda la cuenca mediterránea desde egipcios y griegos. Su uso antiséptico es atávico, lo consumían los obreros de las pirámides y casi todos los ejércitos incluso en la II Guerra Mundial. Mencionado por el Talmud, la Biblia… y Cervantes: «Sancho, no comas ajos porque no saquen por el olor tu villanía»… No soy muy amigo de la lechuga, pero sé que es muy buena… De los sopores milenarios. Tan extendida y variada que no se conoce a ciencia cierta su cuna. ¿India, Persia? Los egipcios la consumían hace 4 milenios. Ya Hipócrates mencionaba sus propiedades soporíferas y los romanos la tomaban de noche para facilitar el sueño hasta en las islas Británicas, de ahí la popular lechuga romana.

Y ahora vamos a hacer un pequeño recordatorio de aquellas comarcas leonesas donde se cultivan estas verduras y hortalizas; seguro que me olvido de alguna, me perdonen esas buenas gentes y sus buenos productos.En el terreno de las hortalizas se tienen los pimientos de El Bierzo. Es un pimiento rojo y algo picante. Los pimientos de Ponferrada se incluyen en las famosas empanadas de batallón. Y también hay ese pimiento de Fresno de la Vega. Ribera del gran padre río Esla. Rincón fértil, generador de auténticas maravillas. Tal vez sea el pimiento morrón la más gloriosa de ellas. El famoso tomate de Mansilla, no hace falta escribir más sobre él.Y de los puerros de Sahagún… cuidado, que aquí hay un manjar muy exquisito… El origen del cultivo del puerro en la zona, se circunscribe a los huertos de los monjes del convento Benedictino de la Villa, que bajo el lema «ora et labora», extendieron y cultivaron los puerros por toda la Comarca. Y no olvidamos del ajo de Santa Marina del Rey y de Veguellina de Órbigo. Y aquí lo dejamos, no sin antes hacer un recordatorio, siembren el olvidado nabicol, manjar más que exquisito;buena cosecha y mejor provecho.
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