Las 135 prácticas que Sanidad pide a los médicos que no realicen

Existen estudios que estiman que estas actuaciones tienen un impacto de entre el seis y el ocho por ciento en el gasto sanitario de un país

Ical
28/05/2017
 Actualizado a 18/09/2019
Imagen de archivo. | ICAL
Imagen de archivo. | ICAL
La Consejería de Sanidad ha pedido a sus profesionales abandonar 135 prácticas asistenciales que carecen de beneficios para los pacientes, consumen recursos económicos, tiempo e incluso podrían causar daños. Se trata de actuaciones que se realizan porque en su día estaban recomendadas pero que hoy la evidencia científica las considera obsoletas y que no aportan valor. Se trata de liberar a la atención sanitaria de todo tipo de actuación cuya efectividad no está contrastada, porque muchas veces “hacer menos es más”.

El fin de acabar con este catálogo de prácticas se enmarca dentro del objetivo de Sanidad de avanzar en su compromiso y su estrategia por mejorar la seguridad y la calidad de los pacientes, y lograr un sistema más seguro respaldado en su quehacer diario por las sociedades científicas, resumió a Ical el director general de Innovación y Resultados en Salud, Rafael Sánchez Herrero. Es más, según algunos estudios elaborados en Estados Unidos se estima que estas prácticas tienen un impacto de entre el seis y el ocho por ciento en el gasto sanitario de un país.

Con estas medidas también se quiere evitar la yatrogenia secundaria, es decir, las reacciones adversas como consecuencia del un tratamiento o del uso de determinados medicamentos; reducir la variabilidad en la práctica clínica, y crear cultura de uso adecuado de los recursos sanitarios.



En la lista de los procedimientos que no aportan valor o que se desaconsejan por sus efectos figuran suministrar antibióticos de forma rutinaria a niños con gastroenteritis, y realizar test serológicos para el diagnóstico de la enfermedad celiaca antes de que el gluten haya sido introducido en la dieta. La lista pasa también por no prolongar más de 24 horas tras una intervención quirúrgica el tratamiento con antibiótico; evitar iniciar un tratamiento antihipertensivo de manera inmediata cuando se detecta una cifra de presión arterial elevada, o solicitar múltiples pruebas en la valoración inicial de un paciente con sospecha de enfermedad tiroidea.

Otras recomendaciones son evitar una radiografía simple de abdomen de forma rutinaria en niños o adolescentes con dolor abdominal agudo, salvo que exista sospecha de obstrucción o perforación intestinal; desestimar una resonancia de cribado de cáncer de mama en mujeres sin síntomas ni factores de riesgo; descartar el uso de antibióticos de forma sistemática en cirugía oral menor y tras una extracción dentaria sin signos de infección previa, y así hasta 135 prácticas que son habituales y que afectan a todos los servicios de un hospital y a las consultas de los centros de salud. Es más, provocan una “cascada terapéutica, no recomendada” que implica pérdida de tiempo, pruebas no justificadas y que puede provocar problemas.

Menos es más

“Muchas veces, hacer menos es más”, hasta el punto de que hay investigaciones que revelan que de un 20 a un 25 por ciento de las intervenciones diagnósticas y terapéuticas no aportan valor, explica Sánchez Herrero, quien reconoce que hay “un recorrido largo por delante”, ya que estas prácticas son habituales desde hace años. “Hay que crear cultura en la comunidad y facilitar el cambio. Romper barreras en profesionales y pacientes, algo que no es fácil”, más aún en tiempos en los que la ciudadanía “achaca a los recortes” que se eviten pruebas o procedimientos.

La estrategia forma parte del proyecto del Sistema Nacional de Salud (SNS) 'Compromiso por la calidad de las sociedades científicas de España', en el que están implicadas 30 sociedades científicas que comenzaron hace tres años a trabajar en el proyecto. Cada una hizo cinco recomendaciones prioritarias, hasta las 135. En el catálogo de propuestas de Medicina de Familia y Comunitaria participan las tres sociedades que existen de forma conjunta.

En cada grupo se conformó un panel de expertos que ha sido el encargado de fijar las cinco recomendaciones de “no hacer”.

Cronograma

El cronograma de trabajo pasa por desplegar el programa este 2017 en todos los hospitales y centros de salud de Sacyl, y que las distintas unidades y servicios comiencen a aplicar las recomendaciones. Cada especialidad cuenta con un patrón de priorización para empezar a eliminar prácticas.

En año pasado, la Consejería ya incluyó en sus planes anuales de gestión este proyecto, elaboró el plan de acción y planificó su desarrollo, a partir del estudio de experiencias aventajadas fuera y dentro de España, como el proyecto Essencial que se desarrolla en Cataluña. La idea es evaluar el programa en 2018 y, en función de los resultados, tomar nuevas decisiones, sentenció a Ical el director general de Innovación y Resultados en Salud.
Archivado en
Lo más leído