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La virgen no es un pivot

24/04/2017
 Actualizado a 10/09/2019
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Si cuentan hace unos años lo que hoy ocurre no se cree. Cuando el regadío era cosa de muy pocos y por fuerza los campesinos del secano se pasaban la vida mirando al cielo parecería una broma pesada que habiendo grandes embalses que anegaron valles y las infraestructuras más modernas para regar hubiera tanto problema para llevar el agua a los cultivos.

Y sin embargo, pese a los avances, la ampliación del regadío, las mejoras en los sistemas, mayor conocimiento sobre los cultivos y, en genera, una tecnificación impresionante de la nueva ‘agricultura de precisión’ se sigue implorando al cielo, recurriendo a la Virgen de Castrotierra para desatar las fuerzas que actualmente continúan sin ser capaces de dominar los humanos.

Hace menos de un año, por San Isidro, cuando sobraba el agua y anegaba los campos, le pidieron al cura de Los Oteros que bendijera los campos con el hisopo seco, que no echara más agua. Hoy, aun siendo conscientes de que la virgen no es un pivot, se le ruega que «eche el agua», como si fuera la responsable suprema de Confederación.

Pero las soluciones suelen estar en la tierra. Romerías y llantos a un lado, poca autocrítica se escucha en el campo, y pese a la gravedad de la situación, son una excepción los que toman nota para el futuro y buena parte de los agricultores, los que parece que tienen la cabeza como un apóstol, han seguido sembrando maíz en lugar de otros cultivos que exijan menos agua. Ya saben, que los siembre el vecino.

Culpar y rogar a los cielos, mientras en el suelo, lejos de supersticiones ancestrales, se pierden señales y lecciones reales.

Se lo digo yo, seguro como estoy de que hoy o mañana va a llover porque hace un par de días excavando en la viña me paso un aliso entre los pies, signo inequívoco de que el agua está al caer.
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