La idea es que este mercado sea un escaparate de los productos de la comarca, y por ello en él participan principalmente vecinos y comerciantes de la zona, además de otros llegados desde otros puntos de la provincia. Pero no solo hay artesanos en el mercado, también asociaciones que aprovechan este día festivo para promocionarse y sacar fondos con distintas ventas, como las Ampas, la comisión de fiestas o la coral Aguasblancas. Una jornada para compartir, ver, probar y comprar, pero con ese halo especial que envuelve este mercado en el pasado reciente de la comarca, transportándolo a los mercados que a principios del siglo pasado se celebraban cada jueves en la misma plaza. El encanto de esta jornada reside, precisamente, en la intención de mantener la esencia de los mercados de antaño. Por ello, los participantes utilizan antiguas vestimentas, rescatando para la ocasión boinas, chalecos, pañuelos, chales o madreñas.
Como ya es habitual, el alcalde del municipio, Francisco Castañón, visitó los stands participantes acompañado por concejales para hacer entrega a los comerciantes del diploma de participación en el mercado. Además, y para combatir el frío, se pudieron degustar morcillas, longaniza, o castañas asadas.
Para completar el programa festivo, la planta baja de la biblioteca municipal acogió una exposición sobe la Reserva de la Biosfera del Alto Bernesga, que este año fue la entidad invitada tras hacer un recorrido, en ediciones anteriores, por los pueblos del municipio.