'La Panerica' ramo y corrobla

La Asociación El Embrujo de la Valduerna está de fiesta pues "pone el ramo" a una obra muy esperada, la restauración de La Panerica, un viejo edificio de Palacios que va a tener diversos usos culturales  

Fulgencio Fernández
12/02/2017
 Actualizado a 07/09/2019
La planta superior del edificio tendrá carácter museístico y también histórico.
La planta superior del edificio tendrá carácter museístico y también histórico.
La Panerica de Palacios de la Valduerna llevaba seis meses en obras. Y esta mañana (a las doce y media) pone el ramo de las mismas, es decir, se darán la mano todos los que han colaborado y lo celebrarán con la tradicional corrobla, tomarán algo todos juntos; pues, siguiendo con la terminología de viejas costumbres, bien se puede decir que ha sido «una hacendera a la que se ha sumado mucha gente para hacer realidad este nuevo espacio público y cultural».

El motor que ha tirado de esta hacendera, el que convocaba a la misma, ha sido la Asociación El Embrujo de la Valduerna, «pero se han sumado ayuntamientos vecinos como Soto de la Vega, San Cristóbal de la Polantera o Valderrey, también muchos particulares, el párroco que fue quien hizo el primer informe para la cesión del edificio por el Obispado; la Fundación Conrado Blanco, que nos ha ayudado económicamente y varios industriales de la comarca que también han apoyado esta iniciativa»; explica la presidenta de la Asociación El Embrujo de la Valduerna y que será quien esta mañana ejerza de maestra de ceremonias en el esperado acto. «Les iremos dando la palabra a los que se han sumado a esta iniciativa y también a algún vecino del pueblo, para que diga qué le parece la restauración, si bien o mal, cada cual puede tener su opinión».

En La Panerica se recogían los diezmos de los vecinos para    el mantenimiento de la iglesiaCree Maribel Martínez Alija que el curioso nombre de La Panerica tiene dos explicaciones, aunque no hay documentación que lo asegure con certeza. «De un lado era el lugar donde la iglesia recogía los diezmos que le pagaba el vecindario para el sostenimiento del templo y, además, dado que en la comarca hay grandes paneras el tamaño de ésta les llevaría a darle el nombre popular de La Panerica».

Pero, a pesar del diminutivo, señala la presidenta de la citada asociación de El Embrujo de la Vaduernaque «es un lugar cargado de historia. Los estudiosos creen que es de la misma época que la planta contigua de la Iglesia, lo que nos llevaría a estar hablando de finales del siglo XII o principios del XIII».

Cuando la utilización para usos propios de la iglesia, su titular, cayó en desuso y, especialmente durante el Siglo XX «La Panerica fue utilizada para la realización de actividades socioculturales (cine, teatro, catequesis, actividades escolares…) y también para guardar elementos muebles en desuso de la Iglesia», señala Martínez Alija; por lo que la Asociación se puso en contacto con el párroco para ver si era posible que revirtiera su  uso y dedicarla a actividades culturales una vez restaurada y remodelada pues estaba bastante deteriorada. Y lo lograron, en un proceso que explica Alija: «La Panerica fue cedida por el obispado de Astorga a El Embrujo de la Valduerna ua vez que el párroco de Palacios,Aureliano Sancha, informó favorablemente sobre el proyecto que la Asociación quería desarrollar en ella, como era su utilización como centro cultural museístico comprensivo de la etnografía e historia de la Valduerna en general y Palacios en particular».

Señalan desde la Asociación El Embrujo de la Valduerna que este edificio de dos plantas —la de abajo de piedra y la superior de adobe—será destinado integramente a usos culturales e históricos y museísticos. «En la planta inferior nos queda una sala en la que entraran entre 40 y 50 personas, que es el aforo ideal para un pueblo pequeño, por lo que la usaremos para exposiciones, conferencias, presentaciones de libros y este tipo de actos;y la planta superior tendrá una utilidad museística, «donde se recogerá la historia del pueblo y de la comarca, con útiles textiles (ruecas de torno, cernidoras de salvado y este tipo de cosas) y piezas históricasimportantes, como los restos romanos datados en los siglos I o II, según el arqueólogo Julio Vidal; un friso donado por un vecino aún sin catalogar...». Bien merece un ramo.
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