"La palabra cáncer asusta, pero tiene cura y en breve será una mala pesadilla"

Carlos Perona, jugador desde 2011 de La Virgen y ex de la Cultural, superó hace casi cuatro años un tumor testicular como el que sufre el defensa del Athletic Yeray

Jesús Coca Aguilera
29/12/2016
 Actualizado a 18/09/2019
Los jugadores de La Virgen y su técnico Roberto Carlos rodean a Perona, situado en el centro. | MAURICIO PEÑA
Los jugadores de La Virgen y su técnico Roberto Carlos rodean a Perona, situado en el centro. | MAURICIO PEÑA
En su primera temporada en el Athletic de Bilbao, después de tres en su filial, el joven central de sólo 21 años Yeray Álvarez se había hecho con un puesto de titular y estaba rindiendo a gran nivel. Era una de las grandes sorpresas de la liga, pero por desgracia no ha sido ése el motivo que le ha llevado a ser la noticia principal en el mundo del fútbol durante la última semana.

Lo es porque el pasado viernes el presidente del conjunto rojiblanco, Josu Urrutia, anunciaba que pasaba a ser baja indefinida por tener un «tumor en el testículo derecho», del cual ha sido intervenido este martes, extirpándose el testículo afectado y recibiendo el miércoles ya el alta médica, a la espera de conocer el resultado de los análisis que se realicen.

Toca esperar y luchar contra la enfermedad. Un partido más importante que ningún otro en el que tiene como espejo a muchos otros deportistas que lograron ganarlo. Y entre ellos, un leonés de adopción.

«Lo pasé muy mal al inicio, que hacía una prueba y era mala, otra y peor... empecé a ver la luz tras extirparme el testículo» Es Carlos Perona. Nacido hace 33 años en Tomelloso, jugó en la temporada 2004/05 en la Cultural y desde 2012 se ha asentado en León, militando durante estas cinco temporadas en Tercera División con La Virgen del Camino. Y allí le tocó plantar cara a ese duro enemigo al que logró derrotar, volviendo a jugar apenas cuatro meses después de habérsele detectado.

«La palabra cáncer asusta mucho, el primer momento en el que escuchas la palabra es muy chungo para ti y tu familia y las dos primeras semanas son muy jodidas. Está claro que es una putada, pero si se pilla a tiempo es una enfermedad que tiene cura», apunta Perona, que recuerda cómo él lo pasó «muy mal al inicio, porque hacía una prueba y era mala, otra y peor... yo empecé a ver la luz cuando me extirparon el testículo y vimos que lo habíamos cogido a tiempo».

De hecho, la experiencia le dice que el momento inicial es el peor a nivel anímico: «Es muy fastidiado, yo recuerdo que fui a ver a dos o tres médicos y me lo ponían bastante mal. Tenía un tumor bastante grande,pero una vez que me lo quitan, lo estudiaron y vieron el tipo, ya me dijeron que se curaba al 100%».

Y es que finalmente Perona es la viva demostración de que el cáncer testicular se supera y no es impedimento para regresar al mismo nivel que antes a la práctica del fútbol: «Ahora en febrero va a hacer cuatro años que me lo extirparon. Yo lo miro y parece que hace muchísimo tiempo, pero es que lo que me pareció muchísimo y se me hizo eterno fueron esos tres o cuatro meses hasta que te dicen que estás totalmente limpio, que en realidad yo en tres meses y medio ya estaba jugando de nuevo».

«A Yeray le diría que nunca esté solo, porque es cuando más piensas en el tema y te puede entrar la depresión» De cara a la recuperación, será importante lo que dictaminen las pruebas tras la extirpación del testículo, que en el caso de Perona le dejaron datos muy positivas. «Tuve mucha suerte. Era un tumor muy grande, pero al quitarlo ni me tuvieron que dar quimioterapia ni radioterapia ni nada, que a la mayoría algo le dan. Mis marcadores tumorales eran muy altos, tanto que los médicos pensaban que lo tenía en todo el cuerpo, pero fue quitarlo y a la analítica del mes había desaparecido del todo. Además no lo pasé mal físicamente porque no tenía dolor ninguno».

Pero, ¿qué consejo le daría a Yeray?.«Sobre todo que nunca esté solo. Yo lo pasé con mi familia y amigos, cuando no estaba con mis dos hijos pequeños estaba con mi mujer. Cuando te quedas sólo es cuando te pones a pensar en el tema y te puede entrar la depresión, así que que mire hacia delante, que es un tipo de tumor que por suerte se cura y que en breve será una mala pesadilla».

«Ahora valoro todo bastante más, disfruto cosas simples como tomar un café, estar con los niños, pasear, ir a entrenar» En el caso de Perona, recibió además «muchos ánimos, palabras y consejos de compañeros que tenían familiares o amigos que habían pasado por algo así. Todos me decían lo mismo, que es una enfermedad que al 90% se cura, pero claro, al final piensas ¿y si ese otro 10% me toca a mí?».

De hecho, uno de los espejos en los que más se fijó, no tuvo final feliz. «Miré mucho a Agustín, el chico del Zamora. Me identificaba porque también era futbolista, había tenido muy poco antes el mismo cáncer que yo y se había recuperado, así que me fijaba en su ejemplo. Por eso, cuando yo estaba en el tramo final y vi que había fallecido (tras un año y medio de lucha el cáncer se reprodujo en los pulmones y falleció a los 31 años) fue un palo enorme».

«En tres meses y medio estaba jugando de nuevo, pero el tiempo hasta decirme que estaba limpio se hizo eterno» No todos lo consiguen, pero si en algo incide Perona es en que si logras superarlo la experiencia te cambia por completo. «He pasado a valorar todo bastante más, no necesitaba muchos lujos para vivir, pero ahora disfruto cosas simples como salir a tomar un café, dar un paseo por la calle, estar con los niños, jugar al fútbol, ir a entrenar cada noche...», apunta el jugador, que destaca cómo «la vida se ve de otra manera. Mismamente en el caso del fútbol, siempre quería ganar por encima del todo, pero aunque ahora obviamente buscas la victoria, yo que disfruto jugando, termino un encuentro y pienso que lo importante es que he podido jugarlo, que ya habrá otro para resarcirse».

Cambio de mentalidad tras una dura prueba. Una segunda vida de la que disfrutar y un ejemplo en el que muchos que deben afrontar ese difícil partido se pueden mirar.
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