La herrería de Compludo

Si aún no conoces la herrería de Compludo –y si ya la has visitado, también, claro– este verano es buen momento… Está a unos veinte kilómetros de Ponferrada, y ya solo el entorno en que se encuentra, el paseín de unos pocos minutos desde donde se deja el coche, es ya una auténtica delicia.

Siempre se oyó que la herrería se debía de remontar al siglo VII, vinculada al primero de los monasterios fundados por San Fructuoso –ya hablaremos otro día sobre la Tebaida berciana–, en donde hoy se encuentra Compludo. Sin embargo, parece que de un tiempo a esta parte se tiende a situar su ‘nacimiento’ en el siglo XIX; aunque, eso sí, hay quien sigue defendiendo su origen medieval… En todo caso, eso, ahora, nos da un poco lo mismo; el caso es que visitar la herrería nos ‘transporta’ a otros tiempos: ya me dirás tú a cuáles pero, desde luego, bien lejos del agobio de nuestro día a día…

No obstante, si te interesan las fechas, lo que no admite discusión es que este año se cumple medio siglo desde que el 6 de junio de 1968 fue declarada monumento histórico-artístico –el decreto fue publicado en el BOE el 2 de julio–, cuando pertenecía, por cierto, al ayuntamiento de Los Barrios de Salas, municipio que desapareció en 1980 al ser anexionado a Ponferrada.

La fuerza del agua, que llega canalizada, es la base del funcionamiento de la herrería –sorprende la maquinaria de madera–, creando una corriente de aire para avivar el fuego de la fragua, y moviendo la rueda para impulsar el mazo y que funcione el martillo pilón. Pero mucho mejor que yo, con la pasión de quien conoce y vive el oficio de verdad, te lo explica allí mismo Manolo, que representa la cuarta de generación de herreros que allí han trabajado; y aunque él lo hace, digamos, a modo de exhibición, la herrería funcionaba con normalidad hasta los años setenta, cuando se jubiló su abuelo.

Puedes acercarte de miércoles a domingo, en horario tanto de mañana como de tarde. Y ya me contarás, pero te aseguro que no te arrepentirás…