La estabilidad del profesorado

En la provincia de León, según denunciaron ayer los sindicatos, se han perdido 360 plazas de profesores a lo largo de los últimos cuatro. Los que sí trabajan se encuentran sometidos a incertidumbres que impiden que puedan desarrollar su trabajo como debieran

La necesaria estabilidad del sistema educativo debe basarse, en primer lugar, en la estabilidad de los profesionales del sector
08/10/2016
 Actualizado a 01/09/2019
A pesar de las buenas palabras que nos repiten en cada campaña electoral, a pesar de las buenas intenciones que muestran todos los partidos y de la importancia que le otorgan al tema, la educación sigue sin alcanzar un pacto que dé estabilidad a los planes que cada uno de los últimos gobiernos ha ido poniendo en marcha durante las últimas décadas. El mejor ejemplo de ello es que miles de alumnos inician este curso sin saber si tendrán que enfrentarse en junio a la mal llamada ‘reválida’, debido a la interinidad del gobierno y a la más que posible entrada de la educación en las negociaciones de los dilatados y tortuosos pactos que, ojalá más pronto que tarde, terminen por consolidar al fin un presidente en La Moncloa. En esa apuesta por la estabilidad de la educación debería estar también las plantillas de profesores, la pieza fundamental para que funcione el sistema, sea cual sea el sistema educativo que se quiera llevar a cabo. En León, sólo en los últimos cuatro años, se han perdido 360 plazas según denunciaron ayer los sindicatos. En esa estabilidad del sistema educativo debe estar, por fuerza, la estabilidad del profesorado, que se encuentra sometido a presiones, interinidades y demás incertidumbres que impiden a los profesionales desarrollar su trabajo con todas las garantías que necesita algo tan delicado como la educación de nuestros alumnos.
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