La contaminación visual en los ríos

Bolsas, botellas y cada vez más grandes plásticos son uno de los enemigos más feroces de las riberas y un agente contaminador

Rodrigo Prado Núñez
27/05/2016
 Actualizado a 18/09/2019
Los plásticos en la vegetación de la ribera de muchos ríos leoneses es una imagen habitual. | L.N.C.
Los plásticos en la vegetación de la ribera de muchos ríos leoneses es una imagen habitual. | L.N.C.
Los que pescamos asiduamente estamos acostumbrados a enganchar con nuestros señuelos de todo y esto es porque los ríos son usados como contenedores de basura, solamente se salvan esos pequeños riachuelos de montaña por estar fuera del alcance de nuestro comportamiento humano. Usamos los ríos como vertederos y así sus riberas, cuando las aguas vuelven a su cauce, quedan sembradas de desechos plásticos y otros residuos a causa de nuestras acciones, que, queriendo o sin querer, los contaminan visual y nocivamente.

Unos pescadores conocidos, que este pasado sábado vinieron de otra provincia a disfrutar del coto de Pesquera, en el río Esla, me comentaron que era ingrato ver sus riberas tan infectadas de plásticos y que les fue imposible conseguir una fotografía sin esos adornos tan inapropiados para un río tan representativo. Esto a parte de contaminar, daña el paisaje y aleja a ese turista - pescador.

Esto tan solo es la punta del iceberg, muchos ríos han pasado, en pocos años, de diagnóstico reservado a crítico y la muerte de muchos ya es una lamentable realidad.
El plástico, práctico y barato, es uno de los materiales más usados para la fabricación de bolsas, botellas, sillas y toda clase de utensilios. En los últimos 10 años se ha producido más plástico que en todo el siglo pasado y este progreso desmedido no concuerda con el medioambiente. Son, la gran mayoría, productos desechables de un sólo uso y la mitad de este plástico que utilizamos no es reciclado. Esto es muy preocupante, los que frecuentamos los ríos y estamos acostumbrados a verlos de todos los colores colgados de las ramas de la vegetación de ribera, no nos sorprende, pero nunca nos acabamos de acostumbrar. Una bolsa comercial de plástico tarda sobre 150 años en degradarse y algunos plásticos pueden permanecer invulnerables más de tres siglos. Así, por gracia de este impacto ambiental, nos encontramos con un enemigo visible a veces e impasible siempre.

Muchos ríos han pasado en pocos años de un estado reservado a crítico y la muerte de algunos es ya una realidad Muchas son las gentes, desde hace tiempo, que alertan de esta situación y reclaman medidas que corrijan esta deriva que nos lleva a la destrucción de un mundo que no es nuestro y que debemos de respetar.

El quebranto del río afecta directamente a la vida de los peces, pero no son los plásticos los únicos contaminantes que acaban en el río, hay muchos más e incluso más peligrosos; aguas residuales, productos químicos, vertidos infecciosos, etc. Pero esos, que no se ven tanto, los dejaremos para más adelante cuando los caudales sean mínimos y los efectos sean más letales.

Son muchas las asociaciones de pescadores que a lo largo del año realizan limpiezas ejemplarizantes de las márgenes de los ríos, pero como bien sabemos los desaprensivos no reciben estas señales y allá por donde pase una carretera próxima al río o haya un puente sobre él verás sus inmundicias, no son muchos, pero son muy guarros.

Lo que más abunda son bolsas y botellas, pero también desde hace unos años aparecen grandes plásticos de polietileno que emplean las envolvedoras para empaquetar las pacas y proteger el forraje. Algunos domingueros, que usan el río como lugar de ocio y disfrute, son incapaces de recoger y llevarse sus basuras, como si estassupieran llegar solas al contenedor. También, hay que decirlo, algún que otro pescador se olvida de que los restos de los aparejos contaminan y mucho. Todo lo que no se utiliza y no se recicla, más temprano que tarde, aparece en el río.

¿Es un problema de control, de cultura o educación? Pienso que de todo un poco o un mucho, pero sin una educación medioambiental todo lo que se haga será en vano y acabaremos pescando el desagradable plástico, eso si, de todos los colores.


Estado de los ríos


Los ríos regulados, que debieran de estar dando buenos resultados, no terminan de aposentarse. Ahora son los naturales los que atraen a más pescadores y las truchas empiezan a dar juego a todas las modalidades. La eclosión de insectos, ya se ve la mosca de la piedra (Plecoptera), hace que en algunos ríos las truchas se ceben en superficie motivando así a los pescadores de mosca y calmando su impaciencia. La pesca a la leonesa esta dando muy buenos resultados en todos los ríos, especialmente en los de montaña.

El río elegido para este fin de semana es el Curueño; Nace de la unión de dos arroyos, uno que baja de Pico Toneo (2094 m) y otro del Puerto de Vegarada (1560 m), y tras 47 km serpenteantes con buenas zonas de pesca desemboca en el Porma a la altura de Ambasaguas del Curueño. Tiene una buena población de truchas y su salvaje bravía hace meritoria su pesca.
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