Pasados los Calderones Santas Martas fue un antiguo poblado desaparecido donde se conserva la leyenda de la vacaloria que envenenó el agua con la que se hizo el pan que comieron todos los vecinos menos una vieja postrada en la cama que se quedó con todas las fincas.
Comienza esta ruta en la localidad de Piedrasecha. El bar el Manadero se encuentra a su salida y desde ese lugar parte un camino que va hacia los Calderones, no sin antes pasar por las cárcavas, las altas rocas solitarias, distintos valles, la vega del arroyo de los Calderones, siempre al lado y el Manadero, que es el lugar de donde surge el agua que durante un largo tramo va bajo la roca caliza. En el amplio anfiteatro del Manadero podemos ver la cueva rupestre de la virgen del mismo nombre y la entrada el desfiladero. En este punto se pueden apreciar los plegamientos formados por las rocas y conocer cómo ha sido el recorrido geológico de estas peñas. A lo largo del desfiladero estrechas gargantas, rocas espectaculares, altos farallones y plegamientos inverosímiles jalonan una ruta tan hermosa como cercana a la ciudad de León.
Tras un tramo en el que el cauce va seco, vuelve el agua a fluir y el arroyo baja con todo su caudal de nuevo. Saliendo del espacio rocoso el valle se abre para dar lugar a bellos remansos y una cascada que se despeña rocas abajo hacia el desfiladero.
Al final se llega a un lugar llamado Santas Martas en el que confluyen el arroyo de la Pernaliega con la parte alta de los Calderones. Santas Martas es un despoblado que antaño fue una localidad desaparecida no se sabe muy bien por qué pero que mantiene la conocida leyenda de la vacaloria (salamandra).
Desde Santas Martas se continua por el valle de la derecha, el arroyo de Pernaliega por un amplio camino que llega hasta el alto del Fito, donde se pueden contemplar los Amargones y el Pico de Santiago. Desde allí parte un camino que sube a la derecha hasta un alto, llega a un hoyo y desciende, poco después de comenzado el descenso se deja el camino y se toma una ruta diagonal hacia la izquierda entre rocas hasta la collada del final de la cresta y desde allí se ascienden los pocos metros hasta llegar a unas ruinas y restos de trincheras, continuando hacia la izquierda para llegar a la cumbre donde hay más restos de trincheras y una vista espectacular hacia las montañas del Este, mientras que hacia el sur se ven las vegas de los distintos ríos y al fondo la ciudad de León.Se desciende el Pico tomando un camino hasta un abrevadero. La ruta cómoda sería volver por el mismo camino porque el descenso hacia el Oeste es más complicado ya que los brezos y las escobas han crecido demasiado y se cierran los caminos quedando apenas trochas de jabalí que hay que seguir y se pierden a menudo lo que dificulta mucho el descenso. Si se sigue este camino se llega a unas rocas bajo la Peña la Rueda y desde allí se desciende directamente hasta un claro en la Roza, para seguir bajando un tramo entre escobas altas desembocando en el valle del arroyo del Bustión, de roca suelta, muy pendiente y malas trochas, que se desciende con mucho cuidado hasta el fondo entre hermosas sabinas y se baja hasta encontrar el camino que viene de Cuevas de Viñayo, siguiendo hacia la derecha, atravesando la collada de Cuevas y bajando a Piedrasecha donde finaliza la ruta.
CaracterísticasZona geográfica Norte de la provincia, cuenca del LunaEntorno Sabinas, Matorral, roble y roquedo
Tipo de ruta Camino, sendas, trochas de ganado y campo través
Inicio/ fin Piedrasecha
Distancia aproximada Aproximadamente 10 kilómetros
Tiempo aproximado Entre tres y cinco horas
Desnivel Aproximadamente 650 metros
Dificultad Media, con cuidado en el descenso. Los Calderones en la época del deshielo y las tormentas no se pueden andar porque el agua llena el cauce del arroyo, seco el resto del año.
Observaciones Ruta con bellos paisajes muy cerca de León y con un buen restaurante para recuperar fuerzas