La administración agriculce

Mientras el Gobierno, con el ministro Cristóbal Montoro al frente, pone en serias dificultades al sector de la remolacha por el llamado ‘impuesto dulce’, desde la consejería del área de la Junta de Castilla y León se siguen ofreciendo apoyos a los cultivadores

La contradicción entre las políticas de dos distintas administraciones es también una metáfora de lo que ha pasado con el campo
23/03/2017
 Actualizado a 01/09/2019
Resulta difícil de entender, pero quizá sea necesario hacer un esfuerzo, quizá merezca la pena intentarlo, porque en su contradicción se puede encontrar uno también metáfora de lo que ha pasado con el campo, con los sectores de la agricultura y la ganadería (y probablemente muchos más) a lo largo de las últimas décadas. Mientras un administración pone trabas, otra administración ofrece ayudas. El resultado es que el profesional del sector, el que se tiene que doblar para arrancar la remolacha o jugarse el futuro de su familia a este cultivo, no entiende lo que pasa porque no tiene por qué diferenciar entre una administración y otra, como sí hacen nuestros dirigentes. El caso es que el Gobierno, y más concretamente el Ministerio de Hacienda encabezado por el ínclito Cristóbal Montoro, ha puesto en jaque al sector con el llamado ‘impuesto dulce’ que grava las bebidas azucaradas, puede que si uno pregunta mucho tenga que soportar que le digan que es por la salud del consumidor. Mientras, desde la consejería de Agricultura de la Junta de Castilla y León, con mucho acierto, mantienen y hasta en algunos de los casos amplías las ayudas a este sector que es fundamental para la agricultura de la comunidad, histórico cultivo en el caso de la provincia de León. Entender que dos administraciones tomen caminos opuestos es complicado. ¿Lo podrán explicar los que toman las decisiones?
Lo más leído