Hogares que no ven la recuperación

La recuperación de la economía se traduce hasta el momento en una mejoría de grandes cifras que por el momento no se están repercutiendo en las capas medias y bajas de la sociedad. Las estadísticas dejan de ir a peor, aunque mejoran a un ritmo exageradamente lento, lo que cronifica la delicada situación por la que aún están pasando muchas familias leonesas. Se crea empleo, pero no con la estabilidad necesaria para decir que realmente esa recuperación está en la calle.

Un buen termómetro de esta situación es el programa de reparto de alimentos que gestiona el Ayuntamiento de León. El año pasado se registró un ligero repunte con 924 familias beneficiarias, algunas de las cuales no tienen suficiente con los tres repartos anuales y son derivadas posteriormente al Banco de Alimentos.

Estas familias son fiel reflejo en muchas ocasiones de las consecuencias de la crisis. Algunas han logrado recuperarse (la cifra ha bajado en relación a 2013 y 2014, que fueron los peores años), pero otras siguen siendo incapaces de hacer frente a todos sus gastos. Ahí es donde entran en juego las estadísticas, que reflejan un incremento del empleo, pero un grave empeoramiento de la calidad del mismo. Es por eso que muchas de estas familias siguen en situación precaria pese a que quizá alguno de sus miembros haya logrado encontrar un trabajo. Y es que las cifras son sólo cifras cuando no hay ni siquiera para comer.