Gallar: "Nos lo merecemos y el año que viene vamos a romperla otra vez"

Que lo primero en lo que piense un jugador que acaba de devolver a su equipo al fútbol profesional tras 43 años de peregrinaje por la Segunda División B y la Tercera División sea en seguir haciendo historia, deja bien a las claras el por qué del éxito de esta Cultural.

Gallar fue el autor del 2-1, un tanto que ponía al equipo leonés con pie y medio en la división de plata, un sueño para el extremo, para la plantilla y para toda una ciudad. Y no necesitan pellizcarse para darse cuenta de que por fin se ha hecho realidad. «Claro que nos creemos lo que está pasando, nos merecemos este ascenso y el año que viene vamos a romperla otra vez». Todo un aviso a navegantes de un jugador que puso el broche a la temporada con un gol que junto al de Colinas, forman parte ya de la historia de la Cultural. «Me he quedado pasmado, no sabía que hacer. Era un gol importante porque daba la tranquilidad», apostilló.

¿Y ahora qué? Gallar lo tiene claro y no quiere que el éxito sea flor de un día. «Esperemos que sea un tanto que sirva para dar paso a muchos años en Segunda División», confesó.

Antes de la fiesta, tocó sufrir. Fue entonces cuando la Cultural mostró el carácter, la garra y la fe que en el centro del campo tienen un nombre propio: Mario Ortiz.«Este equipo se merecía el ascenso. Hemos luchado como cabrones», confesó el jefe de la sala de maquinas de los de Rubén de la Barrera, que tenían muy claro antes de empezar el partido que a pesar del buen resultado cosechado en el partido de ida en el Mini Estadi, el Barcelona B no llegaba muerto al Reino de León. «Sabíamos que iba a ser un partido intenso. El Barça B es capaz de hacerte peligro de la nada, han llegado una vez y nos han marcado», recordó Ortiz, que a pesar de las «dudas»,cree que el equipo supo leer el partido y no dejarse llevar por la presión. «Al final hemos sabido esperar nuestro momento y después con los goles de Julen y de Gallar hemos encontrado el premio que merecíamos».

Viti también destacó el aplomo del equipo tras el jarro de agua fría que supuso el tanto azulgrana. «Es normal que entren los miedos cuando empiezas perdiendo, pero en los malos momentos también hemos demostrado el equipo que somos», apuntó.

Y empezó la fiesta. Para Antonio Martínez, el Reino de León fue el jugador número doce. La atmósfera que vivió el feudo leonés y las 13.000 almas que se desgañitaron, sufrieron y gozaron con su equipo fueron pieza indispensable de una tarde mágica. «Es emocionante ser parte de esta historia. La gente ha sido mucho más importante de lo que puede pensar», apuntó el futbolista, que espera que el ascenso sea un punto de inflexión para el sentimiento culturalista. «Ojalá de ahora en adelante este ambiente se dé en mucho más partidos», añadió.

Los jugadores se acordaron de los que estuvieron, de los que ya no están y de los que siempre estarán. «Es un premio para toda la gente que ha seguido fiel a su equipo durante estos años, la que estuvo y sintió a la Cultural en las malas. Es una felicidad enorme para la ciudad, ha sufrido durante 43 años», recordó Iván González.