El proyecto viene marcado por la sabiduría popular de trabajar con lo que siempre estuvo ahí Y el responsable de esta reconocida restauración es un estudio de arquitectura nacido en Sahagún, Moral Arquitectura, por Fernando Moral Andrés. Este proyecto ya había marcado otros hitos y, por ejemplo, había sido presentado en Moscú, Roma y Amman entre otros lugares, con gran repercusión en los medios.
Desde el estudio de arquitectura premiado explican que «sólo el tiempo será quien construya esta obra que nunca finalizará. Trabajamos en una población eminentemente rural, de veinte habitantes, pero con un censo extrañamente multinacional. El proyecto desarrolla la reforma y adecuación de una bodega ‘bicentenaria’ en restaurante, El Castillo. El resultado sólo ha sido posible con el trabajo continuo, exhaustivo y experimental a lo largo de toda la ejecución. Todo hecho in–situ, todos hemos empleado las manos (¡hazlo tú mismo!), también los propietarios han intervenido en todas las fases, incluso la química… Pero la obra se debe a la tierra, que la engendra y la protege. Una materia dura, firme, grave,... marcada por la presión, el clima y el tiempo».Señalan en definitiva que «las premisas del proyecto vienen dadas de una sabiduría popular de trabajar con lo que siempre ha estado ahí, unas sinergías entre personas-tierra-clima; casi como un poema».
Yesas sinergias, ese poema convertido en bodega, es el que ha sido premiado en estos recientes premios donde León ha estado presente con la Fundación Cerezales y esta bodega ubicada en Palencia con alma leonesa.