Eupen, ¿un espejo en el que mirarse?

El club belga, que milita en la segunda división de su país, fue adquirido hace tres temporadas por la Aspire Academy catarí en un caso similar al de la Cultural

Jorge Alonso Macía
04/07/2015
 Actualizado a 14/09/2019
Plantilla del K.A.S. Eupen la última temporada, con doce africanos, seis catarís, cuatro españoles, tres belgas y un francés. ::K.A.S. EUPEN
Plantilla del K.A.S. Eupen la última temporada, con doce africanos, seis catarís, cuatro españoles, tres belgas y un francés. ::K.A.S. EUPEN
Sin conocer aún todos los datos acerca de qué pasará con el futuro de la Cultural y Deportiva Leonesa, ni siquiera cuál es la identidad de los inversores catarís que estarían relacionados con la Aspire Academy del país y que se harían con el control del club, sí que parece que el caso culturalista puede encontrar en Bélgica un posible espejo en el que mirarse para tratar de adivinar su porvenir.

En el verano de 2012, el club de fútbol de la ciudad de Eupen, de unos 20.000 habitantes, se encontraba al borde de la quiebra después de haber descendido desde la primera división y no haber conseguido el ascenso en un intento casi a la desesperada por regresar a la máxima categoría y solventar su situación económica. Fue ahí cuando, como si de una aparición se tratara, los representantes de la academia catarí Aspire, creada con el objetivo final de presentar en el Mundial de 2022 el mejor equipo posible como anfitrión, se fijaron en Eupen como una oportunidad perfecta para que los chicos que terminaban su ciclo formativo con 18 años y lograban ‘graduarse’ de entre los millones de candidatos que hacían las pruebas de acceso,encontraran un lugar donde disfrutar de minutos en Europa y continuasen su progresión en el mundo del fútbol.

Las claves para la elección fueron varias. Primero, Bélgica permite inscribir y alinear tantos extranjeros no comunitarios como el club quiera. Segundo, Eupen era lo suficientemente pequeña como para que los jugadores no se perdieran en otros asuntos que no fuesen fútbol y además contaba con unas buenas instalaciones. Por último, las posibilidades de lograr la doble nacionalidad en Bélgica se resumen a tres años de residencia, lo que terminó por decidir a los catarís.

Aspire invirtió inicialmente cuatro millones de euros en Eupen, dos de ellos exclusivamente para terminar con las deudas adquiridas por el club con la condición de que tomarían el control de la parcela deportiva del club, incluyendo la financiación de la cantera pero solo haciéndose cargo del primer equipo y el filial. Nada más.

Los catarís reestructuraron el club completamente y han rozado el ascenso a Primera en las dos últimas temporadas A partir de ahí los catarís reestructuraron completamente el club,empezando por una plantilla que pasó de contar con una mayoría belga a una mayoría africana. Además, contrataron a un técnico español, Titín Márquez (exjugador del Espanyol), e importaron los métodos de trabajo que llevaban a cabo en Catar, llevando incluso a los jugadores a tratarse a Doha cuando se lesionaban. Aspire mantuvo el nombre y el escudo del K.A.S. Eupen. Poco más quedó de un club que celebró este año su 60 aniversario.

La máquina comenzó a rodar y los chicos llegaron a Bélgica (todos ellos representados por el mismo agente) y por supuesto las dudas crecieron no solo entre los jugadores locales, que declaraban que no competían en igualdad con los apadrinados por Aspire, sino también entre la afición, preocupada por qué pasaría con su equipo.

Lo cierto es que el experimento no salió del todo mal y después de una primera temporada de toma de contacto en la que el equipo fue octavo, la llegada de veteranos con experiencia - muchos de ellos desde España - que ‘guiaran’las carreras de los jóvenes talentos de Aspire como Víctor Curto (Jaén), Luis García (Espanyol) o Rodri (Rayo Vallecano) ha hecho rozar al equipo belga el ascenso a primera división las dos últimas temporadas. ¿El nivel? Difícil de conocer, y es que para el aficionado leonés la única referencia de la segunda belga es el exjugador de la Cultural Stallone Limbombe, que esta temporada disputó cerca de 800 minutos en el Amberes, décimo clasificado.

A pesar de ello el equipo ha sido desde la llegada de Aspire insultantemente joven, algo que no ha preocupado a sus responsables ya que reconocen que el objetivo «no es necesariamente ganar partidos, sino formar jugadores», y es que Eupen será siempre un punto de partida y no un final.

En ese sentido, los ojeadores ya han tomado buena nota del escaparate que supone y el filial del Barça pescó en Eupen y ha tenido en sus filas esta temporada con un papel importante al senegalés Diagne, que regresará a Bélgica esta temporada tras el descenso blaugrana.

Un caso que puede parecerse en poco o nada a lo que ocurra en León hasta que se conozca la operación oficial, pero lo cierto es que las similitudes hacen, cuanto menos, plantear la posibilidad.

La diferencia entre el reglamento del fútbol belga y el español, clave


Es cierto que las similitudes entre el Eupen y la Cultural son muchas, pero también es cierto que existen diferencias notables entre ambos casos, comenzando por el contexto legal del fútbol en Bélgica y España.

Si bien en el primer caso la normativa permite incribir y alinear a cuantos jugadores extranjeros no comunitarios se quiera tanto en la primera como en la segunda división (desde hace unos años es mayor el número de jugadores foráneos que de belgas en la máxima categoría), en España el control es mucho mayor.

La Real Federación Española de Fútbol especifica en su reglamento general que en las categorías no profesionales (hasta Segunda B) « los futbolistas extranjeros podrán inscribirse sin ninguna clase de limitaciones (...) siempre y cuando acrediten su residencia legal en España».

Lo que se pone en duda, si el plan fuera el de comprar la Cultural para formar jugadores extranjeros, es el poco interés que pudiera tener un ascenso, ya que la LFP endurece mucho más esas restricciones y permite únicamente dos no comunitarios en Segunda y tres en Primera División.
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