"Estamos aquí, somos nosotros, de León"

25 representantes de diversos estamentos de la sociedad leonesa leyeron los Decreta

Fulgencio Fernández
23/04/2017
 Actualizado a 11/09/2019
Los pendones leoneses y escudos de esta tierra "arroparon" el acto de lectura de los Decreta de 1188, este sábado en la plaza de San isidoro. | DANIEL MARTÍN
Los pendones leoneses y escudos de esta tierra "arroparon" el acto de lectura de los Decreta de 1188, este sábado en la plaza de San isidoro. | DANIEL MARTÍN
Los escritores leoneses José María Merino y Juan Pedro Aparicio —a su vez grandes conocedores y defensores de la historia de esta tierra— fueron quienes se pusieron al frente de la iniciativa, quienes convocaron a 25 leoneses representantes de casi todos los estamentos sociales de la ciudad (políticos no había), para la lectura pública en la mañana de este sábado de los 25 artículos de los Decreta de 1188, aquellos que hicieron de León Cuna del Parlamentarismo, diga Puigdemont lo que quiera. «sólo queremos recordar lo mejor de lo nuestro, aquello que nos ha hecho diferentes y, en este caso, únicos para bien, como cuna del Parlamentarismo», recordaba Merino y Aparicio añade que es bueno recuperar este momento estelar de la historia de León y recordar a todo el mundo «que estamos aquí, que sabemos quiénes somos y de dónde venimos».

Se leyó en el acto ‘la versión’ realizada porJosé M.ª Fernández Catón (La curia regia de León de 1188 y sus “Decreta” y constitución) realizada a partir del texto latino fijado del contraste de las versiones contenidas en las copias del siglo XVI de los códices de la Biblioteca Nacional de España.

El encargado de ‘abrir la lectura’ fue el filósofo Rogelio Blanco, antiguo director general del Libro, quien dijo con voz firme: «En el nombre de Dios, yo don Alfonso, rey de León y de Galicia, habiendo celebrado curia en León, con el arzobispo y los obispos y los magnates de mi reino, y con los ciudadanos elegidos de cada una de las ciudades, establecí y confirmé bajo juramento que respetaría las buenas costumbres que tienen todos los de mi reino, tanto clérigos como seglares, implantadas por mis antecesores». Le siguió José María Merino y el resto de los convocados: profesores, periodistas, historiadores, escritores, jubilados, editores, abogados,libreros, escultores... hasta cerrar el otro convocante, Juan Pedro Aparicio.

Al ir leyendo aquellos preceptos cuya aplicación quedaba en manos de la Justicia y esos olvidados «hombres buenos». Al ir leyendo también reparabanen la vigencia o la utilidad, en defensa del ciudadano, de algunos de estos capítulos. Así pudo leer el abogado Roberto Merino: «-Juré también que nadie, ni siquierami autoridad,podrá entrar por la fuerza en casa de otro ni hacerle daño en ella o en sus bienes; y si así ocurriese,se pagaráal dueño de la casa el doble delvalor de lo dañado,y además al señor de la tierra nueve veces el daño causado, si no se prometiera cumplir aquella satisfacción».

También se dio a conocer que esta cita tiene vocación anual y para la lectura de 2018 se le cursará la pertinente invitación al Rey de España.
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