España se divierte en León a costa de Liechtenstein (8-0)

El Reino de León acoge el primer partido oficial de la era Lopetegui, clave en el triunfo español

Jorge Alonso
05/09/2016
 Actualizado a 18/09/2019
Los jugadores de la selección celebran el segundo tanto de España, obra de Sergi Roberto. | MAURICIO PEÑA
Los jugadores de la selección celebran el segundo tanto de España, obra de Sergi Roberto. | MAURICIO PEÑA
La selección española se dio un auténtico festín para abrir la fase de clasificación del Mundial de Rusia 2018 en un partido que puso de manifiesto no solo el potencial de un equipo y la debilidad de otro, sino también supuso un espectacular refuerzo en su debut para Julen Lopetegui, que en su primer partido oficial encontró en el descanso la llave para derribar el muro centroeuropeo con un cambio de sistema.

Desde el primer minuto ya se pudo ver que el encuentro no iba a ir mucho más lejos de lo que supone ver una bola de demolición contra una pared. España salió a meter a Liechtenstein en su campo con Sergio Ramos y Piqué metidos en la línea de tres cuartos rival. Jordi Alba y el polivalente Sergi Roberto, sorprendente y como demostraría después acertada novedad de Lopetegui, bien podían haber sido sustituidos por dos extremos, y es que su labor defensiva fue casi inexistente y actuaron de manera casi permanente en ataque.

Sin embargo, con el guión claro, la pared resultó ser más difícil de derribar de lo que muchos pudieran pensar. Prácticamente con los once jugadores metidos en su propia área, la selección centroeuropea se defendía con uñas y dientes de las internadas locales, con un Vitolo especialmente activo.

Sin ser capaces de dar ese último pase que Diego Costa buscaba con ahínco, España fue capaz de aprovechar otra de sus armas a la primera ocasión que tuvo. En el primer balón parado del que disfrutó, Koke resucitó la vieja conexión que tantas alegrías dio al Calderón y encontraba a Diego Costa para que éste la peinara y se reconciliase con la selección marcando su segundo tanto desde que es internacional español.

El técnico apostó por Sergi Roberto y su polivalencia de inicio y eso le permitió cambiar el sistema en la segunda mitad No cambió demasiado el planteamiento ese gol, si acaso Liechtenstein trató de estirarse un poco más y buscar los contraataques con más vehemencia aunque eso sí, sin inquietar en ningún momento el dominio territorial de España.

La selección pisaba una y otra vez línea de fondo rival pero era incapaz de conectar con los rematadores, que cada vez aumentaban en número buscando ampliar el marcador. Vitolo tuvo la más clara tras un centro de Sergi Roberto que no acertó a rematar, una jugada similar a la de un Koke cuyo disparo desde la frontal tras balón parado sacó Polverino bajo palos con Jehle ya batido.

Liechtenstein se estiraba, abría huecos, y eso permitía a España correr, aunque lo más positivo que sacó de ello fue cargar a los dos centrales centroeuropeos con tarjeta amarilla antes del paso por vestuarios.

Diego Costa buscó su doblete tras un nuevo centro de Vitolo pero el remate del ariete se fue suave a las manos del guardameta.

Así las cosas el descanso permitió a Lopetegui darle una vuelta a la manera que tendría su equipo de romper la telaraña defensiva de Liechtenstein. El técnico decidía retirar a un desaparecidoThiago del terreno de juego para introducir a Nolito y cambiar de sistema con Sergi Roberto como llave. Una defensa de tres con Piqué, Sergio Ramos y Jordi Alba dejaba por delante a Busquets y Sergi Roberto para atacar prácticamente con cinco jugadores.

Un cambio que no tardó apenas tiempo en dar resultados a lo grande. Por abrasión España se comió a Liechtenstein y si primero Vitolo, Silva y Koke avisaban o no eran capaces a definir ante un buen Jehle o veían como el palo impedía el gol como en el caso del último, el Reino pasó a ser de un momento a otro un festín de goles.

El primero, segundo en la cuenta española, fue casi un homenaje al debut de Lopetegui. Nolito y Sergi Roberto, las dos piezas del tablero que había movido en el descanso, combinaron a la perfección para que el del F.C. Barcelona se quedara solo ante Jehle y le batiera magníficamente por bajo.

En los cinco minutos posteriores España demostró el por qué de su superioridad ahogando a la débil Liechtenstein y logrando dos goles más que terminaron por decidir el partido para regocijo del público leonés. Silva, rematando un pase de la muerte de Vitolo a placer y el propio jugador del Sevilla, encontrando un merecido premio a su gran actuación, ponían el 4-0 en un abrir y cerrar de ojos.

Diego Costa, Silva y Morata lograron sendos dobletes en un partido en el que De Gea fue un espectador másLa nube en la que vivía España no quería desvanecerse y Diego Costa la aprovechó para terminar de convencerse a sí mismo de que es válido para esta selección anotando su segundo tanto del partido de cabeza en el rechace de su propio disparo. Si eso no fuera suficiente, la ovación del Reino en su retirada tras dejar paso a Morata debió ser suficiente.

El delantero del Real Madrid no fue titular pero en la menos de media hora de la que dispuso demostró por qué es uno de los delanteros con más gol de Europa. Si primero avisó a Jehle con un cabezazo flojo, dos minutos le bastaron para igualar a Costa en la batalla por el ‘9’ y anotar su propio doblete. El primero llegó en una contra ejecutada a la perfección por todo el equipo español, que movió el balón de un lado a otro hasta encontrar en la izquierda a Morata que se encargó de batir al guardameta de Liechtenstein. En el segundo, el 7-0, encontró la colaboración de Jehle, que no solo no atajó el disparó del madrileño sino que lo introdujo en su propia portería.

Con el Reino ya desatado con su selección, el equipo nacional quiso seguir dando espectáculo y de eso se encargó el mago canario David Silva. Si en su primer intento en un jugadón con Koke el árbitro anulaba su tanto al impedirle el del Atlético la visión al guardameta, apenas en la siguiente jugada sí que logró enganchar el remate para batir a un desesperado Jehle y poner el definitivo 8-0.

Antes, hubo tiempo para despejar la duda (si alguna vez existió) de si Marco Asensio sería llamado o no en alguna ocasión con la selección holandesa, patria de su madre. Lopetegui le hizo debutar y el madridista demostró el por qué de su gran inicio de temporada ante una Liechtenstein ya completamente rota en lo físico y lo moral.

España comienza en León con buen pie su camino hacia la conquista de su segundo Mundial y lo hace dejando claro que en el relevo en el banquillo también hay mimbres para hacerlo.
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