¿Eres un trol o un ‘follower’?

Las redes sociales e internet en toda su amplitud están ya inundados de nuevas palabras cuyo significado no siempre se conoce bien

Sergio Jorge
17/08/2017
 Actualizado a 01/09/2019
Muchas de estas palabras son básicas en las redes sociales. | L.N.C.
Muchas de estas palabras son básicas en las redes sociales. | L.N.C.
Cada vez que se abre una aplicación o una página web es muy probable que el usuario se encuentre con palabras que hasta hace poco tiempo nunca se habían oído y ahora son básicas para manejarse por las redes sociales o internet en general. Es el nuevo lenguaje que inunda las comunicaciones en la actualidad y que sin ellas es difícil mantener el hilo, porque si no se sabe lo que es un trol, el ‘Face’, cuándo algo es un ‘fake’ o la cantidad de ‘followers’ de un perfil, difícilmente se podrá seguir el ritmo de novedades que hay en la actualidad en la red.

Algunas de estas palabras son ya tan utilizadas que se da por hecho que todo el mundo sabe lo que es, por ejemplo, una ‘app’, pero quizá no siempre se identifique rápidamente con una aplicación para un dispositivo móvil. También existen los ‘bloggers’, que son los autores de los blogs o bitácoras que se pueden encontrar en internet y que abordan prácticamente todos los temas habidos y por haber. En paralelo, existen los ‘youtubers’, creadores de vídeos subidos a Youtube y que en algunos casos son verdaderas estrellas mediáticas por su capacidad de influir. No es extraño por tanto que también se utilice la palabra ‘influencer’ para denominar a una persona muy conocida en las redes sociales y que es capaz de influenciar, es decir, de mostrar determinados servicios o productos que van a tener éxito entre sus seguidores (más conocidos como ’followers’) en Instagram, Twitter, Snapchat o Facebook.

Pero hay que tener cuidado, porque igual que se puede tener éxito en las redes sociales, también se pueden generar un enemigo o, en este argot, un trol, que es el usuario que intenta desprestigiar, insultar o reírse de otra persona en las redes para así denigrarlo. Y como la aparición de este tipo de personas ha aumentado de forma exponencial, también se usan cada vez más las expresiones como trolear, que es la intervención en un foro digital de cualquier tipo con el objetivo de generar polémica. Y sí, es con una ‘l’, al igual que trol, puesto que aunque se refiere a los personajes de la mitología escandinava denominados ‘troll’, ya está adaptada al uso español y tampoco hay que utilizar comillas cuando se emplee. Seguramente, estas personas también sean unos ‘haters’, denominados así porque odian un asunto y lo muestran con todo tipo de detalle (’to hate’ en inglés significa odiar).

Algunas palabras aluden a cuestiones peligrosas que pueden estar relacionadas con el acoso o el suicidio
En las redes también es habitual encontrar palabras como ‘hashtag’, que es una etiqueta utilizada tras una almohadilla (#) y que corresponden a ciertos temas que luego se pueden buscar por otro usuarios. Después, esos contenidos pueden generar muchos (o pocos) ‘likes’, que son las adhesiones positivas a una publicación. Es decir, el ‘me gusta’, el pulgar hacia arriba o el corazoncito que se usa en Twitter o Facebook (o ‘Face’, como se denomina algunas veces a esta plataforma).

Estas palabras son muy conocidas, pero también la habilidad de algunas personas por mostrar una faceta de su vida personal que no siempre es la adecuada o, las más de las veces, es impostada para dar una apariencia mucho más divertida o interesante de lo que realmente es. Entonces se cae en el postureo, una denominación que ya ha sido incluida en el Diccionario de la RAE. No sería extraño que la Real Academia se plantee permitir pronto el uso de ‘fake’, que se refiere a noticias, perfiles o cualquier otro tipo de contenido que tiene un origen falso o que sustituye a algo que sí es verdadero. Todo esto puede generar muchas risas, o ‘LOL’, como algunos ponen en las redes sociales. Se trata de tres letras que aluden a la traducción de ‘laughing out loud’, y se utiliza como sinónimo de ‘partirse de risa’ o, por el contrario, cuando algo sale mal.

Todas estas palabras tienen un uso más o menos divertido, pero hay otrostérminos que deben ser conocidos porque suponen cierto peligro, tal y como se advierte desde el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe). Un ejemplo es la etiqueta #Ana, que alude a mensajes relacionados con la anorexia, así como #mia, #proana o #promia para la bulimia. Los acosadores, que son conocidos con la palabra ‘stealker’, piden a sus víctimas fotos de desnudos o semidesnudos, para lo que a veces se usa la palabra ‘nudes’. Y tampoco hay que desdeñar #Selfharrm, que se identifica con conductas de autolesión o suicidio.
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