En porcentaje, que no en número, destaca el caso de Castilfalé, donde los parados pasaron de dos a cero en el último año, o el de Villabraz, donde descendió un 50% el desempleo al pasar de cinco a diez el número de parados.
En Soto y Amío 26 personas han salido del paro en los últimos doce meses. De las 81 que se contabilizaban al cierre de 2015 a las 55 con las que acabó 2016, un hecho que, según la alcadesa del municipio, Ana María Arias, no se debe a nada en concreto. Sí que se han realizado cuatro contratos a jornada completa en el Consistorio gracias a distintas subvenciones recibidas, pero sospecha que la mayoría se deban a personas que han encontrado un empleo fuera del municipio, pues no se ha puesto en marcha en la zona ninguna iniciativa empresarial que haya ocupado a estas personas ni cree que se deba a una ‘fuga’ de habitantes del territorio.
Parece que más claro lo tienen en los municipios donde el paro lo que hizo no fue menguar, sino crecer. En estos casos los motivos parecen estar más detectados y, en muchos casos, están relacionados con la crisis de la minería, que sigue dejando a vecinos de la provincia sin empleo. Por ejemplo, en Villamanín, su alcalde, José Luis García Oblanca, no duda, si la lista de desempleados ha pasado de 48 a 62 en el último año –es decir, se ha incrementado en 14 personas– ha sido por la mina. «No somos un municipio tan dependiente de la minería como podía ser La Pola o La Robla, pero también lo estamos notando, por eso estamos tratando de abrir nuevas vías de empleo y futuro para el municipio a través del turismo».
También en el caso de San Emiliano creen que algo tendrá que ver la crisis del carbón. En este municipio el desempleo ha pasado de afectar a 25 personas a 38; tres de ellos de las minas de Villablino, por el cierre de La Escondida, explica su alcalde, Basilio Barriada, pero no es tampoco el único motivo, pues según el regidor, los jóvenes del pueblo, antes, cuando acababan de estudiar encontraban un trabajo y se marchaban del pueblo y ahora, como no encuentran trabajo alguno se convierten en desempleados del municipio que ayudan a su familia en la ganadería a la espera de una oportunidad laboral.
