El triángulo Portugal, Borneo y España

Cuando aún no ha desaparecido el, por lo común, popular contento español ante el triunfo portugués por vez primera en su historia en el Festival de Eurovisión, gracias al joven Salvador Sobral con la amorosa canción ‘Amar pelos dois’, compuesta por su hermana Luisa Sobral y sobre la que ha recaído la máxima puntuación en la historia de tal festival, 758 puntos, lo que provoca mis ‘parabens’ al intérprete,la autora y al país luso tan cercano, querido para mí desde mis encuentros con Pessoa, Zeca Afonso, el creador e intérprete de la jamás olvidada ‘Grândola,Vila Morena’, Amalia Rodrigues, José Saramago e incluso el mismísimo Cristiano Ronaldo, aunque sin duda yo no valoro tanto el pegar destacadas patadas al balóncomo hace el nativo de Funchal.

Prosigo, cuando aún continúa el eco triunfal lusitanoen el que algo ha debido de tener que ver España dado el perfeccionamiento musical de Salvador Sobral durantesus estancias en Mallorca y Barcelona y en Kiev la ruinosa canción ‘Do it for your lover’ interpretada por ManelNavarro , cuyo paso a Eurovisión que tanta polémica había creado en el suelo patrio nos ha llevado al último puesto con gallo incluido viene Borneo y se instala en mi pensamiento desplazando todo lo demás.

Pues bien, Borneo es un espacio sugerente, único , precioso por el que avanzan feos orangutanes rojos, los bellos medio ciervos-caballos-cebras-jirafas con sus oxicones, huidizos mamíferos herbívoros denominados okapis; un espacio o isla situada al sudeste asiático que desafortunadamente conoce la deforestacióny desde muy, pero que muy antiguo las nómadas, depredadoras hormigas legionarias, conocidas asimismo como guerreras o marabunta cuyas hordas millonarias arrastran al terror y a la muertea los insectos vecinos sin provocar en mí por ello ninguna pena su ceguera total.

Mas cuando no ha desaparecido todavía la desolación con que nos ha obsequiado esta primavera últimamente abundante en heladas, tormentas, granizos yrayos despiadados hasta con los cipreses del cementerio de Cacabelos siento tener que comunicarle al poeta Antonio Merayoque este año, al menos, puede que no podamos casar un castaño de Corullón con un haya de Busmayor yapadrinar ambos la ceremonia nupcial, tal como era su propuesta. Habrá que esperar, querido Antonio, habrá que esperar para esa boda con raíces, tronco y ramas. Pues aunque las hayas me han dicho que sí, por razones solidarias me indican que hay que aguardar. Pregúntale túa tus también solidarios y zaheridos castaños. Me consta que se llevan muy bien con sus vecinos los recientemente maltratados cerezos. En cuanto a nuestros respectivos alcaldes en el caso del mío aún no lo hice. Pero no habrá problema. Seguro. Además, menos mal, nos queda Portugal, perdón, me he confundido: España, o mejor, el Bierzo, recuperable. No hay que perder los estribos.