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"El simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo"

04/05/2017
 Actualizado a 19/09/2019
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¿Es consciente el voluntario de hasta qué punto es importante y valiosa su labor?
¿Qué repercusión puede tener para el mundo una conversación telefónica puntual, una palabra de apoyo o un silencio compartido en un momento dado?

Para reflexionar sobre ello me gustaría hablaros de una teoría conocida como “el efecto mariposa”

El efecto mariposa es un concepto relacionado con la teoría del caos, según el cual cualquier pequeño cambio entre dos situaciones acabará dando lugar a una evolución completamente diferente en ambos sistemas. Podemos imaginarnos dos mundos paralelos, casi idénticos, pero en uno de ellos hay una mariposa moviendo sus alas y en el otro no. Con el paso del tiempo, el mundo con la mariposa y el mundo sin la mariposa acabarán siendo completamente diferentes.

¿Qué valioso aprendizaje podemos extraer de esta teoría?

Nuestras acciones son más importantes de lo que creemos.

Tendemos a olvidarnos de la repercusión de nuestros actos.

El dar los buenos días con una sonrisa, el ser amables con los demás, el darles la importancia y el valor que se merecen, irremediablemente generará una cadena de bienestar, como se puede ver ilustrado en el siguiente vídeo: pincha aquí.

Por lo tanto, cuando el voluntario decide ayudar a alguien, no ayuda a un solo individuo, sino al mundo.

Es por ello que me siento tan cómoda colaborando como psicóloga en el Teléfono de la Esperanza, acompañada por un equipo tan humano. Acompañada por un equipo de mariposas que deciden aletear sus alas a favor de la humanidad. Que deciden ir más allá de sí mismos y dedicar su tiempo al beneficio de aquellos que ni siquiera conocen pero que tanto les necesitan.

Quiero reivindicar la labor del voluntario, que no está siempre reconocida y valorada como se merece.En una sociedad donde nos han enseñado que el valor de las cosas lo marca el dinero que pagas por ellas, podría pensarse que las labores altruistas son de una calidad inferior. Lejos, de ello, el que una persona invierta su tiempo en beneficio de otra con la única remuneración de la satisfacción de ayudarla es una señal de su grandeza. Y esto hay que valorarlo.

Así, con esta breve reflexión, me asomo al blog del Teléfono y doy la bienvenida a todo aquel que me quiera leer y conocer.

Mi nombre es Esther, psicóloga en León, colaboradora en el Teléfono de la Esperanza y dispuesta a seguir aportando mi granito de arena para hacer de este mundo un lugar mejor.

Y por supuesto, invitándoos a todos a hacer lo mismo.

Como dice el proverbio chino: “un solo copo de nieve puede curvar las hojas de bambú".

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