01/07/2017
 Actualizado a 18/09/2019
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De unos años a esta parte, las fiestas de León, las de San Juan y San Pedro se han convertido para muchos en el inicio de sus vacaciones estivales. Los hay que como nuestra querida Mar de Paz, no esperan ni siquiera a ver la quema de la hoguera de San Juan, es tal el ‘ansia viva’ que corre por sus venas, que huyen despavoridos en busca de la brisa marina y quién sabe, quizás hasta del amor, y luego pasa lo que pasa, que no hay trayecto a tierras gallegas que no venga acompañado del regalo de una multa por exceso de velocidad.

Si les soy sincero, les diré que siempre me han dado envidia aquellos que pueden escaparse la última semana de junio, y ya ni les cuento los que se van en septiembre, después de vernos a todos volver. Eso en León tiene su ventaja, ya que aquí mucha gente va de vacaciones por agravio comparativo, entonces si tu vecino ha ido a Alicante, tu vas a Zahara de los Atunes, que está más lejos y además suena muy bien.

En este mundo nuestro del noble arte del periodismo, como diría mi querido amigo El Duende del Realejo (Joaquín Abrás de Santiago), es mucho más fácil hacer un traje a medida a un político que dedicarle un guiño cuando verdaderamente se lo merece. Nos contaba el jueves pasado, el maestro don Vicente Vallés, como bien le llama el redactor jefe de este periódico, con motivo de su charla coloquio (en la que presentó su último libro sobre Donald Trump), que días atrás mantuvo junto con otros periodistas un encuentro con Bob Woodward (caso Watergate). Durante la comida les contó que tras estar con David Cameron, este le dijo que Obama era un gran presidente, pero que tenía un pero ¡No daba miedo! Y eso en Estados Unidos…

Y pienso yo que en este gremio, que va siempre paralelo con la política, ocurre algo parecido, quizá por eso nos cuesta tanto alabar al que en un momento dado lo hace bien, y no por falta de ganas, sino por la creencia de que cuando falta el palo, puedes perder tu sitio y lo que es aun peor, el respeto del político.

Nadie pone en duda que este año hemos tenido unas grandes fiestas con unos magníficos conciertos ‘de gratis’ como demandaba el personal y con artistas de primera línea. Otro día hablaremos de los toros, que ahí si que hay tela y de la buena para hacer varios trajes y no de luces, más bien de sombras, que empiezan a ser muchas.

Pedro Llamas ha confeccionado unas grandes fiestas, implicándonos a todos tanto instituciones como empresas o medios de comunicación, para que nadie se vaya de vacaciones antes del 1 de julio.
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