Los ‘populares’ obtuvieron 17 diputados (cuatro menos) y un 39,15 por ciento de los votos en diciembre de 2015, pero el pasado mes de junio aumentaron sus apoyos hasta el 44,32 por ciento y 18 escaños, al conseguir el tercero por Salamanca en detrimento de Ciudadanos. Los socialistas mantuvieron los nueve parlamentarios y pasó de un 22 al 23,19 por ciento de sufragios. Podemos conservó los tres escaños por Burgos, León y Valladolid. Ciudadanos fue el peor parado al perder dos parlamentarios, en León, cuya representación ha pasado de cinco a cuatro, y Salamanca, de manera que sólo tiene el escaño por Valladolid.
El PSOE entró en un debate entre si se debían abstener o votar en contra de la investidura de Mariano Rajoy. El secretario general del PSCyL, Luis Tudanca, mantuvo un cerrado apoyo al entonces líder Pedro Sánchez, en los dos comités federales celebrados en octubre, en el que presentó la dimisión el secretario general y en el que se acordó la abstención.
La delegación socialista de Castilla y León llegó dividida a ambos comités: seis de los diecisiete miembros votaron “no” a la investidura de Rajoy y mantuvieron la posición defendida por Sánchez. La diputada socialista por Palencia, María Luz Martínez Seijoo, fue una del grupo que rompió la disciplina de voto en el Congreso. Entre medias, se celebró una comisión ejecutiva autonómica de apoyo a las tesis del secretario general, en un acuerdo que contó con la abstención de la presidenta del PSCyL, Soraya Rodríguez.
En estos días, igual que a nivel nacional, militantes socialistas han tomado la voz a través de la constitución de plataformas para pedir primarias y un congreso ya, sin esperar a verano, como estima la gestora que preside el asturiano Javier Fernández. Es en Valladolid donde se reunieron el pasado 19 de diciembre para constituir una gestora autonómica, con la presencia de tres de los diputados díscolos, María Luz Martínez Seijoo, Odón Elorza y Zaida Cantera.
El PSOE de Castilla y León celebró su comité autonómico el jueves, 22 de diciembre, em el que se visualizó la división entre los partidarios de la gestora -siete de los nueve dirigentes provinciales- y los que quieren las primarias y el congreso ya, como Luis Tudanca y los secretarios de Burgos y Valladolid.
El Partido Popular está a la espera del congreso nacional y después el autonómico, pero Juan Vicente Herrera, declaró en noviembre (en Madrid) que “los que llevamos mucho tiempo en el partido, este es mi caso y no quiero hablar de los demás, debemos también tender puentes, ofrecer oportunidades e incluso ir cediendo determinadas posiciones de responsabilidad que ya se prolongan durante demasiado tiempo”.
Podemos y Ciudadanos se mantienen
Podemos, tercera fuerza política de la Comunidad, no rentabilizó su coalición con IU para las elecciones de junio y los resultados fueron similares a los obtenidos seis meses antes, un 15,50 por ciento en las segundas y un 15,37 en las primeras, pero suficiente para conservar sus tres diputados. Pablo Fernández fue nombrado coordinador de las políticas de los parlamentos autonómicos. El debate entre Iñigo Errejón y Pablo Iglesias no se visualiza, por lo menos en público, en la formación en Castilla y León.La formación morada completó también la estructura interna, con la designación de los miembros de la Comisión de Garantías Democrática en Castilla y León, y de los nuevos secretarios generales en Burgos (Ignacio Lacámara), León (Óscar Fuentes) y Salamanca (Ignacio Paredero). Fernández lanzó el debate de un partido con una estructura en las provincias, que fue acogido por los responsables locales, a la espera también de su Convención Vistalegre 2.
Ciudadanos, que fue el más perjudicado en la cita electoral de junio, mantiene el apoyo al Gobierno de Juan Vicente Herrera, al que ha salvado en la aprobación de dos leyes, como en diciembre hiciera con los presupuestos. Populares y naranjas se sentaron para valorar el pacto de gobernabilidad y ambos concluyeron que se cumple, aunque los segundos dieron un toque para ver más avances en regeneración y calidad democrática.
Por su parte, Izquierda Unida renovó su liderazgo y el procurador en las Cortes de Castilla y León, José Sarrión, fue nombrado coordinador general en sustitución de José María González. Sarrión evoca la coalición fundacional de Julio Anguita, “aquella que era capaz de expresar desde el sosiego y la tranquilidad argumental, que era capaz de expresar posiciones radicales”.