El Nacimiento de la Catedral

Pocos españoles se habrán fijado, me temo, en el Nacimiento que este año ha servido de motivo iconográfico a la lotería de Navidad y que no era otro que el que se exhibe en una capilla de la catedral de León, que ha terminado por ser conocida como la del Nacimiento por él. Se trata de una obra de madera de nogal, anónima, del siglo XV, una pieza singular por cuanto la tradición de los nacimientos no se popularizó en España hasta el siglo XVIII, cuando comenzaron a llegar de Nápoles los populares presepes (pesebres, que traían los cortesanos y los soldados de Carlos III destinados en la ciudad del Vesubio, entonces perteneciente a la Corona de España, famosa ya en aquel tiempo por ese tipo de artesanía. Eso sí, la representación de la Natividad había sido una constante en la pintura y en la escultura religiosas, como lo demuestra la propia catedral leonesa, en los que se pueden ver hasta cinco nacimientos sin contar el flamenco que ha servido de ilustración de la lotería de Navidad de este año: uno en la portada principal (en el tímpano de la izquierda, de estilo gótico), otro tallado en alabastro en la pared del trascoro, dos en distintas vidrieras y el último en una de las pinturas del retablo del altar mayor. Ninguno, sin embargo, tan pintoresco y original como el tallado en madera (según algunos historiadores por los mismos que esculpieron la sillería del coro, los maestros flamencos Copín de Holanda y Juan de Malinas) y cuya presencia en la catedral de León ha puesto de relevancia la Lotería de Navidad de este año 2016. Algo que debería servir de orgullo a los leoneses, acostumbrados a no existir allende las fronteras de la provincia.

La tradición de las pastoradas típicas también de León que han comenzado a recuperarse en algunos pueblos tras años desaparecidas complementaría ese reconocimiento a un mito religioso popular, el de la Natividad, que sobrevive a modas e importaciones de otras culturas y al propio laicismo de la sociedad española. Poco tiene que ver ya la Navidad con la religión, por lo menos para muchas personas, y sin embargo las tradiciones que ha generado siguen vigentes porque trascienden a aquélla, como en menor medida sucede con otras fiestas religiosas. Los nacimientos, como las pastoradas, como los Reyes Magos o Papá Nöel, son creaciones de la cultura popular que se nutren de la imaginación de la gente y que algunos artistas han elevado a la categoría de arte por su capacidad para representar su espíritu. El Nacimiento flamenco de la catedral de León es un ejemplo de lo que se dice y uno se alegra de que se le reconozca aunque sólo sea en unos papeles que, con unos números impresos a tinta, ya habrán pasado a ser juguetes del viento, excepto aquéllos a los que la fortuna haya tocado con su dedo.