El LE-10.000, toda una vida

25/11/2016
 Actualizado a 31/08/2019
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Un viejo coche, una matrícula y unos cuernos de cabra componen todo un mundo que ya no existe, pero que todos recuerdan cuando atraviesan el camino y miran hacia ese tejado hasta el que ha subido el coche, nadie se explica cómo.

«Es el LE-10.000»te explicará cualquiera que te vea mirar, como si esa frase ya encerrara toda una biografía. Yla encierra. La del conductor de ese coche que fue taxi, el más conocido, que fue furgoneta de pellejero, que fue transporte de minero, que trajo vino en pellejos desde Toro o que llevó a todos los mozos que quedaban en una fiesta al amanecer.

– Pero que somos diez.

– Pues cinco adelante y los otros cinco detrás;decía con una sonora carcajada que disparaba desde debajo del enorme bigotón que siempre fue su seña de identidad.

Los cuernos colgados en el tendal delatan al veterano pellejero y carnicero, el que viajaba de pueblo en pueblo comprando pieles de zorros, de corzos, de cabras, de chivos... «y si tienes de algún paisano dámela que algo se podrá hacer con ella», bromeaba, siempre bromea, porque al mal tiempo siempre le pone buena cara. Y nunca le falta un dicho, para todo lo que pasa, últimamente el que más maneja es el de «en este país a la formalidad la comió el gocho... Y lo peor es que hace mal jamón».
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