El jardinero sigue trepando

Fernández Ferreras, oficial de segunda sin plaza, se ha convertido en la mano derecha de Margarita Torres gracias a padrinazgos políticos y sindicales

A. Martínez / I. Herrera
18/10/2015
 Actualizado a 17/09/2019
La concejala de Cultura con Fernando Fernández Ferreras. | MAURICIO PEÑA
La concejala de Cultura con Fernando Fernández Ferreras. | MAURICIO PEÑA
Jamás se ha sometido a una oposición o prueba de acceso, no tiene plaza fija –es personal laboral–, pero lleva 309 meses y 14 días trabajando para el Ayuntamiento de León trepando sin pasar por procesos de promoción, haciendo uso de sus contactos. Esta carrera silenciosa de ascensos la iniciaba ya en los tiempos del leonesista de José María Rodríguez de Francisco y, siendo oficial de segunda, desempeña funciones (y cobra) como encargado (grupo III). Está al mando de las actividades lúdico deportivas de la Casa de Cultura de Armunia y, el nombre del edificio en el que trabaja parece haberle servido para convertirse en la mano derecha de la concejala de Cultura, Margarita Torres, a la que acompaña a numerosos actos públicos y respalda en polémicas decisiones internas –allí estaba Fernando Fernández Ferreras cuando la edil destituyó de su cargo a la hasta entonces directora del Palacio Conde Luna con presencia policial incluida–.

Pero el trasfondo de la carrera de fondo de este trabajador municipal encierra más ‘conexiones’. Es secretario provincial de la Agrupación Sindical Independiente del Ayuntamiento de León (Asial) –o sindicato de Carlos Hurtado, el jefe del servicio municipal de Asuntos Económicos, que es la verdadera ‘alma mater’ de esta agrupación–. Fernández Ferreras es la cara visible y el que se ve beneficiado de la perfecta sintonía que existe entre Hurtado y el concejal de Hacienda y Personal, Agustín Rajoy.

El peón del Servicio de Jardines ha sido encargado en la Casa de Cultura de Armunia y ahora ha dado un nuevo salto en su ‘carrera’ Al arrimo de Hurtado y Rajoy ha conseguido colocarse como mano derecha de Torres –la que por cierto ya le está preparando un despacho en las dependencias municipales de San Marcelo– y convertirse en uno de los principales responsables de la política cultural del Ayuntamiento de León pese a que la única formación que tiene en este campo es un curso de animación. El jardinero, cual enredadera, ha ido trepando hasta colocarse a la derecha de Torres. Sin hacer ruido en su medrar, pero sí haciendo sonar las campanas cada vez que se cambia de destino a un trabajador. No en vano, Asial se caracteriza habitualmente por recurrir cualquier decisión que suponga cambiar el destino de los trabajadores municipales aunque se trate de una medida ajustada a la legalidad.

Cabe destacar que, durante el pasado mandato, se habían iniciado los trámites para que los trabajadores municipales que desarrollaban su labor en áreas que no les correspondían por plaza retornaran a sus servicios debido a que estos tenían déficit de personal. Uno de ellos era precisamente el de Jardines, por lo que el jardinero tenía todas las papeletas para volver a sus quehaceres, pero sus amistades le mantuvieron sus privilegios y ahora Fernández Ferreras ha conseguido colocarse como uno de los máximos responsables, por ejemplo, de la gestión del Auditorio Ciudad de León, algunos de cuyos trabajadores ya han hecho llegar sus protestas al Ayuntamiento a raíz de su forma de dar órdenes. Y no sólo en el Auditorio leonés existe malestar, el área de Cultura es una olla exprés, profesionales cualificados ven cómo el jardinero hace y deshace a su antojo. La polémica está servida...
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