El esquí como recurso

La mala temporada de nieve que se registró el invierno pasado ha provocado grandes pérdidas en las estaciones de esquí que pertenecen a la Diputación Provincial, desde donde se mira cada vez con más decisión a fórmulas de gestión público-privada

29/09/2016
 Actualizado a 01/09/2019
El esquí se ha convertido en uno de los motores de desarrollo de algunas zonas de la montaña leonesa. Lo es de parte de la central, con Puebla de Lillo como epicentro con comarcas limítrofes, caso de Boñar, como otras de las beneficiadas, y lo es del entorno de Villablino, zona especialmente deprimida con la crisis de la minería y que en el esquí encontró la alternativa, salvando las insalvables distancias, a lo que el carbón negaba. Sin embargo, la pujanza del esquí, la proliferación de centros de turismo rural y otros establecimientos relacionados con la hostelería, el elevado gasto que supone el hecho de practicar esquí y los beneficios para la tierra que acoge la llegada de visitantes no se traducen precisamente en beneficios para los propietarios de las estaciones. Especialmente si éstas son públicas.En el caso de las leonesas, el déficit es habitual incluso en los inviernos que hay nieve toda la temporada de esquí, con lo cual fue mucho mayor la anterior, durante la que sólo se pudo abrir al público la mitad de los días.Por eso, la sombra de la privatización, de lo que podría empezar como una semiprivatización, resulta cada vez más alargada sobreSan Isidro y sobre Leitariegos. La gestión se optimizaría, se perdería menos dinero, se ofrecería un mejor servicio... De ello se beneficiarían tanto los usuarios como los habitantes de las áreas de influencia.Quedará, como es lógico, la duda de siempre: lo que pase con el personal será un escollo, como suele ocurrir en estos casos, pero lo será más en el caso de las dos estaciones de esquí leonesas, en las que la política de personal ha sido excesivamente variable y cuanto menos dudosa durante las últimas décadas.
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