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El Ejido ante el futuro

27/04/2017
 Actualizado a 16/09/2019
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El barrio de El Ejido nació a los pies de la Catedral de León de una manera súbita, puesto que hasta entonces siempre había sido un conjunto amplio de prados y sebes, como se aprecia en cualquier foto de 1940. A mediados del siglo XX se edificó casi a la vez para configurar una zona de expansión de la ciudad hacia el Torío que, curiosamente, se encuentra al lado del casco histórico y a pocos minutos a pie de la Plaza de Santo Domingo. Como cualquier barrio que se levanta de esa forma, se pobló con familias de similar edad y eso está determinando su presente.

Las generaciones que adquirieron entonces sus pisos en El Ejido llevan allí medio siglo largo y son por tanto gente mayor. De hecho hay una gran cantidad de pisos vacíos por el fallecimiento de sus propietarios. En numerosos edificios quedan casi la mitad de las viviendas vacías. Por esta razón se puede afirmar que El Ejido se haya en una encrucijada histórica que va a definir su futuro.

Muchos edificios que integran el barrio han de pasar por reformas relativamente importantes, si no lo han hecho ya (tejados, conducciones de agua, redes eléctricas…). De lo contrario se convertirá en un área de infravivienda a las puertas del centro de León. Y este fenómeno se podría extender a otros barrios colindantes que han seguido un modelo similar de crecimiento: Santa Ana por un lado y San Lorenzo, San Mamés y Mariano Andrés por otro.

Nos encontramos por tanto con una amplia zona del espacio urbano, con centro en El Ejido, que requeriría una acción urbanística municipal en aras de garantizar la renovación urbana en positivo. Además se prevendría la creación de bolsas de suburbialización, que alcanzarían al centro de la ciudad en algún caso. Para ello se pueden combinar medidas de dignificación de los espacios públicos (parques, calles principales, calles secundarias, locales públicos…) con incentivos para la renovación de los edificios (fachadas, ascensores, tejados, portales) y la modernización del comercio (señalización, cartelería, escaparatismo, promoción del centro comercial abierto…)

El Ejido podría ser un modelo sobre el que aplicar planes de renovación urbana que luego pudiesen trasladarse, ya mejorados y afinados, al resto de espacios de la ciudad con una casuística similar. Solo así se puede afrontar la reocupación de los barrios y combatir una inevitable pérdida de actividad económica por la caída de población. A tal fin se puede acudir a convocatorias para captar fondos europeos que aliviarían la estrechez económica del decadente municipio leonés, que ya ha perdido los 125.000 habitantes según el INE.
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