15/10/2016
 Actualizado a 13/09/2019
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Ayer mi querido Dimas, ha tenido a bien despertarse a eso de las cinco y media de la mañana para no volver a dormir. No sé si será por eso de que es viernes y quiso disfrutar del día desde bien temprano.

A partir de las siete su madre me pasó el relevo y juntos pudimos escuchar el programa ‘Más de Uno’ desde bien pronto. Escuchamos la magnífica entradilla de Carlos Alsina, una auténtica clase magistral de radio (búsquenla en internet y guárdenla) sobre el reciente premio Nobel de literatura, Bob Dylan, y de otro cantante, llamado Correa, quien, según dice la critica, afinó bastante bien y sin guitarra.

Tengo que decirles que yo también soy de la mitad de españoles que no leen a Bob Dylan en su lengua natal, ya no les digo entenderle,y que no tengo ningún libro de él, así que tuve recurrir al traductor de Google para comprender alguna de sus míticas canciones. A mi favor les diré que sísabía que‘Like a Rolling Stone’ era una canción suya y queno va del famoso grupo y que ‘Blowin in the wind’, considerado un himno por muchos, aunque se le parezca no es una canción de misa o una marcha de Semana Santa.

Estoy cansado de los estereotipos de este país, esos en los que si te gustan los toros, eres de una Cofradía de Semana Santa o vas al campo a animar al Real Madrid con una bandera de tu país, te clasifican en un tipo de ideología. ¡Pues no, señores! Me encantaría que el señor Rubio me dejase un par de hojas para escribir de toreros, críticos taurinos, artistas y grandísimos aficionados que precisamente no son derechas y que aman la fiesta de corazón.

Adrián tiene ocho años y quiere ser torero. Quizá dentro de unos años quiera ser veterinario, periodista o montañero. Y no se merece esto. Se merece ser feliz, jugar con sus compañeros y, por supuesto, ir a ver a los toreros a la plaza, si le apetece.

Ignacio Sánchez Mejías, banderillero y escritor, nos decía que el secreto del toreo está en la cabeza y no en los músculos. Todo lo contrario de lo que hay en las redes sociales. Y Federico García Lorca, dramaturgo y poeta de referencia para una corriente política de este país, nos contaba que se puede tener musa con una muleta y ángel con las banderillas, y pasar por un buen torero. Pero que para dar en el clavo de la verdad absoluta se necesita la ayuda del ‘duende’. El duende es un poder y no un obrar, es un luchar y no pensar.

Y, por eso, Adrián, te vas a curar: porque tienes duende,porque el terreno del toro ya es tuyo y porque vas a luchar.
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