Angel Suárez 2024

El club de la comedia

26/07/2015
 Actualizado a 15/09/2019
Guardar
Si algo hay que reconocerle a la izquierda en España es que sabe hacer oposición, convertir el humo en sólidas promesas electorales y sacarle más rendimiento político al perro Excálibur que el PP al robo megalómano de los ERE de Andalucía.

Ahora bien, en cuanto la izquierda toca poder todo ese talento se desvanece súbitamente y se ve sustituido por un ansia febril por hacer chorradas sin tasa.

La alcaldesa de Barcelona, que no da abasto entre prohibir misas y quitar bustos y retratos, ha hecho incurrir al Ayuntamiento en un gasto inútil al adquirir un Seat para sus desplazamientos, porque como buena demagoga que es no podía permitir que la retrataran en el Audi que la alcaldía tenía asignado, así que ha habido que mandarlo a las cocheras para que se eche a perder o se termine subastando por cuatro perras, será por dinero. La de Madrid anda dándole vueltas a eso de cambiar nombres de calles, y quiere quitarle la suya a Muñoz Seca, seguramente por haberse dejado asesinar en la matanza de Paracuellos. En el concejo asturiano de Corvera la agrupación Somos ha suprimido el uso del masculino y sólo hablará en femenino, de modo que el líder de la formación, que se llama Rogelio, se refiere a su grupo como «nosotras», hala, para que se fastidien los machistas astures. Y venga gilipolleces, como dice mi amigo Jorge Fernández-Mier, al que agradezco que me pusiera al corriente de este último gag.

Pronto será evidente que prohibir misas, redecorar los salones de plenos, cambiar el nomenclátor, sustituir la moqueta de los despachos por sintasol, ir a los actos oficiales con camiseta de AC/DC, o que Rogelio el de Corvera se haga llamar concejala, no evita que la gente tenga que seguir pagando la hipoteca, ni sufraga rentas de ciudadanía. El globo podemita se deshinchará, Ciudadanos crecerá, y el PP, algún día, tirará a Mariano por la ventana y recuperará el norte de la defensa de la nación, de la bajada de impuestos, de la inflexibilidad frente al terrorismo, de la independencia de la justicia, de la decencia en la gestión y de todo cuanto ha olvidado en estos años.

La incógnita que queda por despejar es si el PSOE querrá ocupar el espacio de la izquierda civilizada y europea o si, por el contrario, tratará de sumarse al show y formar con Podemos el Frente Popular de los Hermanos Marx a condición de que dejen a Pedro Sánchez hacer de Zeppo. Empezaremos a verlo a la vuelta de lasvacaciones que, con su permiso, me voy a coger. Disfruten del verano y del espectáculo.
Lo más leído