El Carnaval no empezó con los superhéroes

La localidad de Villalfeide recupera, más de 30 años después, el antruejo conocido como ‘Los Caretos’ y lo hace con la presencia de gente joven y muchos niños

Ical
26/02/2017
 Actualizado a 04/09/2019
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La pequeña localidad de Villalfeide, en la montaña leonesa, ha sentado las bases para la recuperación de su antruejo conocido como ‘Los Caretos’, una tradición muy arraigada en la zona, que ni siquiera se interrumpió en época de la dictadura, pero que se fue apagando fundamentalmente como consecuencia del envejecimiento de la población y el abandono en la zona. Más de 30 años después de que desapareciera, este antruejo se ha recuperado este año y el municipio pretende seguir mejorándolo en el futuro.

Desde luego, mimbres parece haber para ello. Bajo un bonito y soleado día y ante la mirada del pico Correcillas, decenas de niños pero también gente joven vestía este domingo algunos de los trajes tradicionales de esta costumbre. Fue un grupo de vecinos el que decidió intentar recuperar este antruejo. Al llegar al pueblo, hace algo más de un año, y siguiendo su pasión por las mascaradas, se extrañaron de que un lugar con tanta tradición no contara con su antruejo. “Preguntamos y sí tenía”, explicó Vanesa, que ha sido una de las impulsoras.Sin embargo, el paso del tiempo hizo que ‘Los Caretos’ cayeran en cierto olvido que ahora se pretende desterrar. La esencia de esta fiesta consistía en vestirse lo más feo posible y correr, manchar, tiznar y asustar a los vecinos, en definitiva “pasar un buen rato”. Y ahora todo eso está siendo posible. Por las calles del pueblo se podía ver este domingo a personajes relacionados con la naturaleza, otros con forma humana, otros con cuernos e incluso con formas mitológicas.También recorrían las calles del pueblo animales, que en esta ocasión no han estado presentes porque se pretenden recuperar próximamente. En concreto era una jirafa, cuya función era poder asustar y dejarse ver ante los vecinos que no podían salir de sus casas, llegar incluso a las alturas y reclamar los torreznos, que era lo que se pedía. También había un toro e incluso hubo un tiempo en que salía un burro de verdad.Toda esta información se ha conseguido después de muchas conversaciones con los vecinos. “Algunos de nuestra edad recordaban cuando eran niños, así que empezamos a tirar del hilo y a hablar con gente más mayor”, relata Vanesa. Sin embargo, los recuerdos eran pocos, aunque muchos se fueron recuperando con el paso del tiempo, tales como las coplas que se cantaban, los trapos que se ponían, el aspecto de los personajes o las calles que se recorrían.

Con la información en la mano y con una investigación más exhaustiva en los últimos meses, se ha decidido recuperar ‘Los Caretos’, aunque por ahora este año “somos poco ortodoxos”. Y es que antiguamente, los personajes salían por las calles “cuando les parecía” en cualquiera de los cuatro días de Carnaval para que el susto fuera mayor. Han decidido dejarse ver todos juntos “para hacerlo más vistoso”.

Muchos niños

Una de las características más llamativas de la recuperación de esta fiesta ha sido la elevada participación del público infantil, lo que hace prever que la tradición hoy reiniciada pueda perdurar en el tiempo. “Queremos que vean que el Carnaval no empezó cuando nos empezamos a disfrazar de Superman”, reconocía Vanesa.

De hecho, en los últimos días, la Asociación de Madres y Padres (Ampa) del colegio ha desarrollado un taller de mascaradas tradicionales con las familias de la zona. En él han creado sus propios disfraces, se ha dado información de los carnavales y han participado unas 30 familias. Además, el éxito se ha visto plasmado en su participación en el Carnaval de Orzonaga, donde se alzaron con el segundo premio.

Recuperación de figuras

Uno de los próximos pasos que se quiere dar ahora es recuperar la jirafa con la que contaba este antruejo. Vanesa recuerda que hace casi un siglo se sacaba a este animal, que era “altísimo”, lo que le permitía llegar a las alturas de las casas. Aunque ha estado “intacta” hasta hace unos pocos años, sus propietarios la acabaron desmontando. Por ello, en los próximos meses se quiere realizar un taller para poder recuperar ese animal, pero también el toro y hacer que este antruejo vuelva a celebrarse “por todo lo alto”.
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