El acoso escolar, ¿víctima o verdugo?

"Quiero lanzarles una reflexión: ¿Y si es su hijo el que acosa, el que pega...?"

Sofía Morán de Paz
23/10/2016
 Actualizado a 12/09/2019
Imagen de una de las campañas oficiales de concienciación contra el acoso escolar.
Imagen de una de las campañas oficiales de concienciación contra el acoso escolar.
Si echan la vista atrás, a sus años de escuela, seguro que recuerdan a algún compañero que estuviera solo, aislado, objeto de bromas y mofas por parte de otros alumnos. Yo desde luego sí lo recuerdo.

Desde entonces hasta ahora han cambiado muchas cosas. Además de una mayor visibilidad y repercusión gracias a los medios de comunicación, quizá el cambio más determinante sea el papel que juegan las redes sociales en el problema, amplificando el acoso y la humillación más allá de las aulas.

Siempre que escucho hablar de este tema, el llamado Bullying, ya sea a amigos, familiares, o personas desconocidas que se sientan cerca de mi en una cafetería, lo que oigo sonsiempre las mismas reflexiones: «si le hacen eso a mi hijo…», en sus diferentes versiones, pero siempre con el hijo, nieto o sobrino, como víctima de la historia. Pues bien, desde aquí quiero lanzarles una reflexión ¿Y si es su hijo el que acosa, el que pega, el que hace la vida imposible a otro niño?

Resulta relativamentefácil colocarnos en el papel de víctimas por la fuerte condena social que existe en este tipo de situaciones. Lo tremendamente complicado es reconocer una conducta tan negativa en nuestros hijos, ya que esto supone de alguna manera, poner en cuestión nuestra labor como padres.

Pero la realidad es que el acoso escolar es un fenómeno que afecta a casi el 4% del alumnado, según informa el Ministerio de Educación. Y allí donde se da un caso de bullying, tenemos un acosado y uno o varios acosadores. Estos pequeños verdugos suelen ser niños sin empatía, con una baja tolerancia a la frustración, lo quieren todo y lo quieren ya (que importante es decir ¡NO!), con escasa capacidad de autocrítica y ausencia de límites.

El acoso no es algo puntual, no es un conflicto con un compañero, una bronca o un roce, algo por otra parte totalmente normal en una convivencia de 1000 chicos en un colegio. El acoso es un maltrato continuado.

Los padres ni se plantean que su hijo pueda ser el acosador, es más, cuando reciben la noticia, la respuesta más habitual es la negación, o incluso,el intentar culpabilizar a la víctima. Por eso es fundamental trabajar con los niños y con sus padres, porque si resulta que es tu hijo el que martiriza a sus compañeros, lo que no debemos hacer nunca es minimizar el problema, protegerlos o disculparlos. Tampoco demonizarles, castigarles y querer olvidarnos del problema cuanto antes.

Laspautas a seguir buscan reeducarles, cambiar conductas, mejorar su autoestima, educar en la empatía, poner límites y aprender a decir no. Y casi lo más importante, nuestros hijosno suelen hacer caso de nuestras palabras, de nuestros consejos o nuestras órdenes, pero siempre acaban imitando nuestros comportamientos, démosles entonces un ejemplo digno de imitar, sirvámosles como modelo, como ejemplo positivo en su forma de relacionarse con los demás.

Y como el sabio refranero español no falla nunca, aquí encajaría aquello del: Más vale prevenir que curar. Y seguramente pensando en esto, Canarias apuesta por enseñar la gestión de las emociones en los colegios, a través de una nueva asignatura en Primaria: Educación Emocional y para la Creatividad (que ya de entrada, suena mejor que Sciencie). Y esto si que es una buenamedida contra el acoso escolar.

Que los pequeños alumnos comiencen su formación académica aprendiendo a reconocer emociones básicas, en ellos y en los demás, a desarrollar su empatía y su capacidad de comunicación, aprender a escuchar y a expresar sus emociones (así, en directo ¡sin WhatsApp, sin emoticonos ni nada! ), es la mejor de las armas para luchar contra el egoísmo y la tiranía que acompaña al acosador. Porque sí, la respuesta es sí, se puede aprender a ser empático en la escuela, aunque como les decía antes, los primeros educadores somos los padres.

Sofía Morán de Paz (@SofiaMP80) eslicenciada en Psicología y madre en apuros
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