Dibujantes de sueños

30/03/2017
 Actualizado a 16/09/2019
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Vivimos tontamente ajenos a los mundos que no nos meten por los ojos del comercio, la moda, las teles y las majaderías que cada día deciden convertir en la polémica de la jornada, ya sea Belén Esteban, Piqué, los hijos que puede haber tenido Pepe Navarro o los que tal vez tenga El Cordobés por esos mundos de dios.

Vivimos ajenos a vidas que merecerían miradas mientras miramos a vidas que no las merecerían.

Vivimos ajenos, valga como ejemplo, a niñas –fundamentalmente niñas– que recorren nuestras calles, que se sientan en el muro de cualquier parque para descansar de sus duros entrenamientos, de las muchas horas que cada día le roban a los juegos que bien merecerían por su edad para crear belleza sobre unas colchonetas o sobre el parquet de un pabellón. Dibujan en el horizonte figuras imposibles, recogen con precisión cintas, aros y mazas, se suspenden en el aire como si no fueran a caer jamás...

Ganan títulos, un día las reciben en el despacho, lucen una foto con cabriolas imposibles y cinco minutos más tarde vuelven a ser niñas anónimas en nuestras calles, historias olvidadas, nombres que no significan nada para quien mira la televisión...

Olatz Rodríguez, Irene Hernández, Paula Serrano, Ainhoa del Olmo... ¿no te suenan de nada? Peor para tí, son dibujantes de sueños.
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