Derecho acoge el primer simulacro infantil de un juicio con jurado popular

Los pequeños, alumnos de 3º de Primaria de La Palomera, consideraron inocentes a los dos acusados de un delito de incendio forestal que sucedió en Guadalajara en 2005

S.M.
14/06/2016
 Actualizado a 08/09/2019
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No era un juicio en un tribunal real, ni una obra de teatro, pero se parecía mucho a las dos cosas. Este martes, el aula 7 de la Facultad de Derecho de la Universidad de León acogió por primera vez un simulacro de un juicio, una cita muy original en la que tanto el público como los miembros del jurado popular eran niños. Los alumnos de las tres clases de 3º de Primaria de La Palomera difícilmente olvidarán la jornada.

Un incendio real causado por un grupo de excursionistas que hicieron una barbacoa pese a las altas temperaturas de aquel día y el peligro del viento y un tribunal listo –aquí simulado– para juzgar un terrible incendio forestal ocurrido en julio de 2005 en los montes de Guadalajara. El caso, que ya se juzgó en los verdaderos tribunales, volvió a ‘juzgarse’ este martes en la ULE, aunque esta vez se trataba de un simulacro con unos curiosos protagonistas, un centenar de niños.

Desde las 10 de la mañana, los pequeños asistieron encantados como público. Nueve de ellos –tres de cada clase– fueron seleccionados para formar parte además del jurado popular y decidir sobre el futuro de los dos ‘acusados’ del incendio, Miguel y Marta, que en este caso son profesores de la Facultad. En realidad, todas las partes –la jueza, la letrada de la administración, el fiscal, el abogado defensor, los testigos que declararon...– lo son: profesores, catedráticos, doctorandos o exestudiantes de Derecho ya con despacho propio.  El coordinador de todo, el catedrático Juan Antonio García Amado.

Todas las partes hablaron


Tras una exposición detallada de los hechos y las intervenciones del abogado del Ministerio Fiscal y de la defensa, declararon en este juicio peculiar los dos acusados, que aseguraron no tener claro si fue su barbacoa la que pudo originar el fuego que en aquella jornada festiva quemó casi 13.000 hectáreas, en un incendio en el que tristemente fallecieron 11 personas.

La sala también acogió la declaración de tres testigos, cuyas declaraciones provocaron más de una carcajada entre el ‘pequeño’ público.

Los niños no tenían claro que se hubiera cometido un delito de imprudencia   y prefirieron absolverlos Después, la conclusión final. Con bromas, con ejemplos simpáticos, cada uno queriendo ganarse como podía a la concurrencia. El fiscal pretendía convencer al jurado de la culpabilidad de los acusados, que en su día habrían reconocido los hechos a la Guardia Civil, como consta en el informe de aquel día. Por su parte, el letrado defensor hizo hincapié en que a veces nada es lo que parece y que sólo debe condenarse cuando se esté seguro de la culpabilidad, «sin dejarse influenciar tampoco por lo que a veces publiquen los medios de comunicación, que a veces no saben o no cuentan todo lo que ocurrió».

Y al final, tiempo para las deliberaciones, y un veredicto que se hizo esperar tras más de hora y media de juicio: según los nueve miembros del jurado, los dos acusados son inocentes. Puede que provocaran el incendio, pero ellos nunca quisieron hacerlo... Al parecer, los nueve niños del jurado popular no tenían muy claro el concepto de un delito por imprudencia y prefirieron creer en las buenas intenciones de los acusados, que quizá sólo querían organizar una ‘merendola’ y no pensaron en las consecuencias de hacer fuego aquel fatídico día.

En el juicio real, los acusados no tuvieron tanta suerte. Uno de ellos –en realidad eran tres– fue condenado a 2 años de prisión. No entró en la cárcel, pero tuvo que afrontar una multa millonaria como indemnización.
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