Declarado culpable el profesor del Campus berciano denunciado por una alumna por acoso sexual

No irá a la cárcel por carecer de antecedentes pero es condenado a un año y once meses de prisión y a la inhabilitación absoluta para ejercer función pública por nueve años y un día

Mar Iglesias
24/10/2016
 Actualizado a 01/09/2019
El acusado en una de las sesiones del juicio. | M.I.
El acusado en una de las sesiones del juicio. | M.I.
El profesor del Campus del Bierzo denunciado por una alumna de haberla acosado sexualmente hace una década en el marco delcampus berciano, cuando Rubén García era profesor de Instalaciones Eléctricas, ha sido declarado por el magistrado del Juzgado de lo Penal número 1 de Ponferrada culpable de ese delito de acoso al que se le suma el delito continuado de abuso de la función pública con solicitud de favores sexual. Ambos delitos suman una pena de un año y once meses de prisión, a la que el profesor no irá porque no tiene antecedentes para ello. La pena se desglosa en cinco meses de prisión por el delito de acoso sexual, que suma la «inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena y la prohibición de acercarse a menos de quinientos metros» a la víctima, C.G.G. por tres años, así como la prohibición de comunicarse con ella por cualquier medio. En cuanto al delito continuado de abuso, la pena es de un año, seis meses y un día de prisión «con la inhabilitación absoluta para el ejercicio de la función pública por el tiempo de nueve años y un día». Además, el acusado deberá indemnizar a la víctima  «por el daño moral causado», apunta el magistrado, por la cantidad de 6.000 euros. El fallo recoge la solicitud de la Fiscalía y de la acusación y se basa, según las pruebas de cargo, en la declaración «creíble, verosímil, coherente y sin contradicciones» de la víctima.

El magistrado apunta también que a la declaración presentada por la víctima se suma una grabación que ella mismo hizo con su teléfono móvil en una momento en el que el profesor le ofrecía la nota que quisiera.La joven había procedido a grabar esa conversación, producida en 2008, después de haber vivido varios capítulos de acoso. Las declaraciones de otras alumnas reforzaron su testimonio, según argumenta el magistrado, y los testigos del acoso al que era sometida C.G.G.

Un «juego de tronos» sin probar

El magistrado apunta que no existen pruebas de la justificación de la denuncia que alegaba el profesor, un «juego de tronos» entre el equipo rectoral y la dirección de la Escuela Técnica de Ingeniería Agraria, en la que trabajaba el culpado, que también pertenecía al equipo rectoral.  

Para el magistrado, frente a los testimonios de las alumnas que sí que concretaron capítulos en los que relataban actitudes impropias del profesor con ellas «verosímiles y veraces», están las declaraciones de un profesor «que carecen de coherencia en aspectos relevantes y presentan contradicciones y afirmaciones que han resultado desmentidas», apunta.

La víctima argumentó entre  sollozos que el acoso le había llevado a sufrir un fuerte período de ansiedad que le hizo padecer anorexia y tener que seguir sus estudios en Italia, mientras que el profesor aseguraba que era una alumna «conflictiva» que siempre reclamaba revisar sus exámenes.
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