De la estirpe de la gatera

29/06/2017
 Actualizado a 16/09/2019
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Nunca faltó en el mundo rural quien le diera de comer a la imaginación, buena o mala, que dice ‘El Rubio’ deCampohermoso cuando argumenta: «No me vale lo de ‘que tengas suerte’ , suerte siempre se tiene, otra cosa es que sea buena o mala».

Con la imaginación ocurre lo mismo.

Ahí tienes la buena, la sencilla. Si no quieres volver loco al cartero buscando dónde dejar las cartas ahí lo tienes todo explicado. La flecha conduce al agujero y por él entra la carta. Seguramente en el interior esté escondido otro artilugio que recoge las cartas. No podría ser de otra manera.

Nada que ver con esa salida fácil de colocar un somier allí donde un día hubo un portillero y al dueño se le han quitado las ganas de reponerlo con palos, como se hizo toda la vida, o piedras, para que dure toda la vida.

Siempre hubo soluciones al alcance de la mano. Hasta para los viejos sabañones, hijos del frío y el invierno. Bujía y Lamparilla decían que «los sabañones inventaron el orujo» pero si a base de orujo no llega la solución bien sepuede acudir al remedio de la abuela, machacando ajo, untando el sabañón y dándole calor; más eficaz que vieja leyenda de que lo mejor es correr descalzo sobre la escarcha del amanecer o la nieve de la nevada.

Hay un truco infalible para saber dónde se respeta la imaginación de la buena. Si la puerta tiene gatera... vamos por el buen camino.
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