Dame una alegría Cultu

Pasa el tiempo. Sigo retransmitiendo partidos de la Cultural. Hace tiempo tuve que elegir y te elegí a ti, amigo micrófono y amigo deporte. No acostumbrado a contar grandes hazañas, me decidí a seguir por amor a una ciudad y a unos colores, y no me arrepiento.

Sigo como siempre. Muchas cosas no han cambiado. Mi música sigue siempre siendo la de Café Quijano. Ahora no paro de escuchar me «Enamoras con todo». Ahí están en el Auditorio. Me los estoy imaginando...Raúl a la derecha, Óscar a la izquierda y Manolo en el centro: «No me canso de aprender de ti, este amor se escapa de la razón, fui contigo cuando comprendí el sentido de quererte así....nada nada me apasiona más que escuchar tu voz, me enamoras con todo; con un simple detalle, con cariño prohibido...son mi vida tus besos, me conformo con eso...».

Sé que esta noche no habré dormido, mejor dicho, habré dormido mal. Entre mil partidos, e infinitas series, habrá llegado un momento en el que cierre los ojos...Luego los sueños, sueños de goles blancos, de victorias, de lágrimas de felicidad de un ansiado ascenso....

Sé que hay que tener calma. Los leoneses y culturalistas a lo largo de los años hemos tenido que aprender la lección. El maldito balón casi nunca ha sido justo con nosotros. Hemos vivido todas las penurias que a un equipo de fútbol le pueden pasar y siempre digo que el Atlético de Madrid se ha inspirado en nosotros para sufrir las suyas.

Hoy jugamos contra un equipo histórico, acostumbrado a jugar en categorías superiores. A eso de las cinco Cultural y Racing miden sus fuerzas. Puede pasar cualquier cosa. Ojalá ganemos, pero por favor amigo lector, si pasa lo contrario no te rindas. A partir de hoy van a tener lugar una serie de batallas que desencadenaran en los meses de mayo y junio con una guerra deportiva total.

Dios nos debe una, también se la debía a la selección y fíjate la que se armó. Disfruta el momento. Mira como está la ciudad. Qué bonita es nuestra camiseta, nuestra bandera...

Pase lo que pase hoy cuando pite el final el árbitro me quedaré otro buen rato en la cabina. Marcharé del campo de noche. Pondré la radio en el coche y volveré a escuchar a mi grupo favorito. Antes miraré al cielo, para dar las gracias por dejarme ser periodista y ojalá se me caiga una lágrima por una victoria.

Sé que sólo es una batalla, pero la moral que daría a una ciudad que necesita de alegrías...

Ya suenan ellos otra vez. Entre recuerdos de la lucha por un balón, cierro los ojos y escuchó: «Te prometo ser el que siempre te entiende, cuidando de ti».

PD: Suerte Cultural. Pase lo que pase seguiré a tu lado. Ojalá dentro de poco me hagas llorar de felicidad.