Corro de Valdefresno de la Sobarriba: 'Donde no para de moler el molín'

‘El Junco’ de Tendal se exhibe en su tierra en pesados; Víctor detiene la apisonadora de Moisés e Ibán y ‘El Rubio’ suma y sigue

Fulgencio Fernández
26/07/2015
 Actualizado a 30/08/2019
Clemente, en la final de pesados. | MAURICIO PEÑA
Clemente, en la final de pesados. | MAURICIO PEÑA
Corro en Valdefresno. Es la Sobarriba, cuidado, que es mucho decir hablando de lucha. Huele a molineros con el recuerdo cercano de la ausencia por primera vez de Cástor. Huele a un cojo y mutilado que ganaba con una pierna. Huele a El Cristo y El Barquerín, porque huele a tradición. Y en el corro tienen a un heredero de todos esos olores, Clemente Fuertes, El Junco de Tendal, que vive en Valdefresno y que es Sobarriba.
Recuerdo a Cástor, el último molinero de Carbajosa por los corros, Llegaba con la cacha y la retranca y sabiéndote de la montaña preguntaba:

- Hoy gana uno de la Sobarriba ¿y cuálos más?
- Seguro sólo es el de la Sobarriba.

- Ay amigo, es que aquí sigue moliendo el molín.

‘El Junco’ volvió a rematar su tarde con otra maña de las que se llevan en la sangre, voleo y barrido No le faltaba razón y Clemente, El Junco de Tendal (de la Sobarriba) sabe que lleva sobre sus espaldasel peso de esa historia y está orgulloso de ello, de ser el molinero que muele, el cojo que corre. Sabe que un día Tino El Cojo rompió su ausencia de los corros para ir a ver si era verdad lo que decían de él, sabe que Cástor musitaba al verlo dirigirse al centro:«Sale como los de la Sobarriba, a tumbar tíos».

También sabe Clemente que su tragedia es que, también en pesados, sólo es noticia cuando pierde, ganar es rutina. Pero no se le puede hurtar hoy, en su tierra, por primera vez en pesados, el justo reconocimiento del orgullo con el que lleva la herencia de su tierra.

Ganó, pero no quiso ganar con sombras. Y si un día antes esperó al final con Bahillo ayer, en la previa, se fue a por él. Caminó después fuerte, sin recibir ni media caída, hasta la final en la que le esperaba su gran rival, Abel Isaí Cabero, y los 900 aficionados pues nadie se había querido ir.

En el aire, en la memoria, estaba el sobaquillo de 24 horas antes, también en algunos vídeos que circulaban entre los espectadores. Los aficionados ‘nuevos’, los que no estuvieron en la sauna cubierta de Villanueva, esperaban la repetición y el de La Sobarriba sorprendió con una variante singular, de luchador antiguo... y bueno, muy bueno. Inició el voleo como para cruzar, sacó a Abel arriba pero cuando aún le quedaba una pierna apoyada se la barrió con una sencillez que parece de esas cosas que hacen los que en vez de glóbulos rojos llevan mañas.

Abel Isaí miró para él. Torció el gesto y sólo le faltó pedir el micro y preguntar:«¿Ustedes habían visto algo así?». Me gustaría saber qué diría Cástor, pero ya no está y, tal vez, le ciegue la pasión.

Por cierto, antes de dejar pesados. El sábado fue cuarto y ayer subió al tercer cajón Joel, de Cistierna, un recién llegado de las categorías de menos peso que pone en la hierba todo y más. Y sin dar un ruido.

Víctor tiró de manual perro

La otra noticia de la tarde fue la derrota de Moisés en medios. Parecía imparable pero ayer logró detener la apisonadora Víctor Llamazares, de Valderrueda, a quienestaba costando afianzarse en su nuevo peso después de subir de ligeros.

¿Cómo lo hizo?

Tomás le ofreció a Moisés una batalla abierta y ‘se suicidó’, Víctor aprendió en cabeza ajena y se ‘amagó’   Se entiende mejor hablando de dos combates en vez de la final solo. Hablando de la semifinal entre Tomás González, Tomasuco de La Vecilla, y Moisés, y la ya citada final.
Tomasuco le luchó como es él:Valiente, fuerte, arriesgado, joven... El chaval de La Vecilla, consciente del brillante futuro que le espera y de que le gusta a los aficionados su lucha abierta, se fue a por Moisés como si fuera cualquiera, atacó a Moisés como si no fuera Moisés. Es decir, intentó sacar la cadrilada sin tener absolutamente controlado a ‘La Roca’ de Cistierna, y cuando lo fue a posar se encontró con un pulpo que le trancó a todas las piernas. Yrepitió el riesgo... y cogió el tren de vuelta a La Vecilla.

Víctor escarmentó en cabeza ajena o aprendió de batallas anteriores. Fue todo lo contrario de Tomás, agarró a la defensiva incluso en la mano de atrás, peleó el pecho, se agachó más que el propio Moisés y esperó. Aguantó. Fue un combate trabado. Duro. Otra lucha, pero lucha. YVíctor arrancó dos medias de esas que no se aplauden porque no se sabe muy bien cómo se producen, pero cuentan. Yaguantó después, y desesperó a Moisés. Y ganó...

‘El Rubio’, fácil lo difícil

«Para lo difícil denos un día, para lo imposible necesitamos algo más de tiempo», rezaba un viejo cartel de un taller. Parece también el lema del imprevisible Fernando Martínez, El Rubio de Campohermoso, aunque este año ha dejado de ser imprevisible porque gana siempre. De momento.

Ibán gana siendo muy listo con cada rival y Fernandito ‘El Rubio’ haciendo muy fácil lo que parece difícil  «Toma nota que hay tela», volvió a decir Clemente al ver que se agarraba con Samuel, que regresaba ayer después de su lesión de costilla. Pero no hubo caso, resolvió fácil el de Campohermoso ante un Samu que parecía con miedo, tal vez buscaba meterse en los puntos sin demasiado riesgo y se encontró con El Rubio de Campohermoso. No estaban Rodri, ni Sergio (que pronto estará aquí su mes de vacaciones), ni Guti y se vio en la final con el mejor Sansón Cabero de los últimos tiempos, pero también es el Fernando más fiable y lo demostró, sacó, trancó, movió... ganó.

- Yo que nada más venía a ver qué tal y ahora voy a tener que seguir viniendo para que no digan que tengo miedo;bromeaba mientras miraba el reloj trofeo:«¿Aestos quién les ha dicho que me duermo por las mañanas».

Ibán, en ‘Guerrerín’

En ligeros la Quinta del Botellón sí pareció darse por enterada de lo que se espera de ella y estuvieron más entonados. Filín ya se metió en semifinales y, sobre todo, Puro, David González, le está dando aire a la categoría con su raza, su fuerza y una nobleza en todo que es digna de agradecer. Ayer se deshizo a lasprimeras de cambio de Javi Oblanca, tanto que cuando llegó la novia del de Villabalter «a verlo» ya lo encontró vestido de calle.
Pero a Filín y a Puro se les cruzaronen semifinales dos ‘grandes’, uno que lo sabe (Ibán), que ganó al de Felechas, y otro que no se lo acaba de creer pero es muy bueno, el profe Dani, que le tuvo que le tuvo que levantar una entera a David el de San Cipriano.
Los dos se vieron en la final. ¿Sería el día de Daniel del Blanco? No lo fue. Ibán estuvo en Guerrerín, listo, valiente y práctico a la vez.

Así sumó un nuevo corro. Así es más líder. Así es más Guerrerín. Así abrió una buena tarde de lucha allí donde los molinos muelen, los cojos corren y ganan y la lucha viene por las cañerías.
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