Corro de Taranilla: Vuelcan los carros y Oblanca sigue en pie

Nueva victoria de Oblanca, que recupera el liderato, junto a la cara buena de Rodri y los habituales Moisés Vega y ‘Caberín’

Fulgencio Fernández
14/08/2017
 Actualizado a 14/09/2019
Javier Oblanca impartió en Taranilla una nueva lección de buena lucha y se llevó el corro ante el joven Busi. | DANIEL MARTÍN
Javier Oblanca impartió en Taranilla una nueva lección de buena lucha y se llevó el corro ante el joven Busi. | DANIEL MARTÍN
Llegó ayer la lucha, en el segundo día del maratón, a Taranilla, el pueblo de Tasio. Curiosamente se le puede llamar buena entrada a la apariencia que presentaba el graderío, aunque no hace muchos años se montaban justamente el doble de gradas.

No es solo el pueblo de Tasio ‘El Gato’ de Taranilla, hubo otros muchos allí y muy buenos, pero El Gato fue de los últimos y, además, es un personaje que siempre fue mucho más que un luchador, también un filósofo. Y en su larga lista de dichos tenía uno para esas ocasiones en las que el favorito cae: «No te preocupes, que el que carretea... vuelca». Y cuando los veía caer comentaba con su sonrisa al biés: «Vuelcan los carros». Y para el bueno que nunca cae lo ilustraba con un «vuelcan los carros... y éste sigue en pie».

Ayer hubo un poco de todo y todo entra en los postulados de Tasio.

Los hubo, ya en ligeros, que vieron como volcaba el carro. El primero fue Filín, el chaval capaz de todo, que lo puso mirando al cielo Jesús, lo que convierte el vuelco en menos doloroso porque el de La Braña es un gran tipo y está haciendo una muy buena temporada, aunque algo silenciada porque él es silencioso.

Y así fue avanzando la categoría, hasta que volcó el carro del líder, Ibán, ante el que quería serlo, Oblanca. Se equivocó Ibán en un tranque y eso ante ‘la cátedra ambulante’ penaliza mucho, una entera que supo administrar y fue a la final. Allí le esperaba Busi, que volvía a estar arriba después de unos corros «terribles».

Pero no hubo color. Javi Oblanca le sorprendió con una dedilla inicial que no vio venir el de Valverde y después esperó el momento de dos nuevos golpes que dieron por finalizado el combate. Y la final. Y ahí es cuando Tasio El Gato de Taranilla decía: «Empiezan a volcar los carros pero Oblanca sigue en pie».

Por cierto, Javi sí se llegó a agarrar con Tasio y ha tenido muchas batallas en Taranilla (incluida una injusta tarjeta roja por pasividad que no puede empañar su saber estar en el corro), por eso sabe que la pradera tiene cuesta y jamás se colocó en la «cara bajera». A buena parte con la cátedra, que vuelve a ser líder... increíble, si no fuera que lo estamos viendo.

Moisés acorrala al líder


El carro que no vuelca es el de Moisés y, encima, sí volcó el del líder, el bueno de Rubo, que en su combate con Albertuco se dio un golpe en la cabeza en la primera caída y no pareció recuperarse y cogió el tren de vuelta para Valdorria. Parecía la tarde de Alberto, ese chaval que tiene arranques que le hacen recordar a su hermano Tomás. Tiró a Rubo y en la siguiente le plantó cara a Víctor Llamazares, pero cometió errores que no le pasarían a Tasio, se olvidó de que hay cuesta en la pradera y, además, Víctor se vuelve loco por demostrar quién es. No le dio opción, como no se la había dado antes a Gasi.

Víctor ya estaba en la final y por el otro carril llegó Moisés, al que le dio una preciosa entera el juvenil local (de Puente Almuhey, ojo al chaval) José Luis García.

Fue una final para disfrutar. Tanto que Nacho el de Matadeón sugirió en voz alta: «Quitar el tiempo, que estamos disfrutando». A cara de perro. Caídas dudosas. Medias, nulas, chispas en cada agarre, protestas de la grada ¿Y?

Que vuelcan los carros y Moisés ‘la roca’ de Cistierna se mantiene en pie.

Todo apunta a que La Perla ha vuelto a despertar


Hablábamos en el inicio de Tasio, un nombre que va más allá de sus propios resultados. En semipesados hay un chaval que son de esos que dan que hablar, para bien, incluso cuando su carro vuelca, que no fue ayer. Es Rodrigo Fuentes, La Perla de Cistierna, que el martes luchará por Prioro, por su rama materna, y ayer lo hacía por Renedo de Valdetuéjar, por sangre paterna.

No sé cuál fue la que sacó ayer, paterna o materna, pero sí que sacó esa lucha de los que la llevan en la sangre, de los que arman una cadrilada con cualquiera de las dos piernas, de los que tranca o enrosca un garabito que nadie esperaba. No se puede ser Perla por casualidad.

El sorteo quiso que el primero en quedar apeado ante Rodri fuera el local Aaarón mientras en la misma fase el líder Tomás sufría con Sansón, que le dio una cadrilada de Sansón, porque sí.

Después tampoco le dio Rodri, ya en semifinales, ninguna opción a Cristian mientras Tomasuco nuevamente tuvo problemas con un Guti que, por suerte, no tiró la toalla. Estuvieron a caída y media pero el de La Vecilla tiró de raza.

Así las cosas ya estaban en la final el líder Tomasuco y el Rodri de las dos caras: Perla/Zángano. Todo apuntaba a que se ha instalado en la primera, a que al fin ha despertado y, así fue, con una lección de lucha en la final: cadriladas, garabito... lucha.

Recordaban los aficionados cómo hace dos años arrancó en la segunda mitad, puso asedio al liderato de El Rubio y cuando lo tenía a tiro... se fue a tocar con las banda. «La lucha es así... Y Rodri».

‘Caberín’, el único que llegó como líder y ganó


La tarde venía de volcar los carros de los líderes: Ibán, Rubo y Tomasuco no habían ganado en Taranilla cuando salieron al centro los diez luchadores que cerraban la tarde en Taranilla. De nuevo los comentarios: «Aquí Caberín» y el debate de si el de Valdearcos hubiera sido más luchador si en su carrera se lo hubieran puesto más difícil. Pero son debates de grada.

Quien observaba los comentarios como siempre, esperando dar la sorpresa es Bulnes... Bueno, y El Tigre, pero lo suyo es otra historia.
Fue una tarde de muchas caídas de oro y decisiones arbitrales. Los árbitros le dieron la victoria al Tigre frente a Liquete; también a Aitor el de Lillo frente a Alejandro Fernández, que después perdió la tercera plaza en la caída de oro ante Jesús Quiñones, que volvió al podio.

Llegaron a la final los dos «más gallos»: Abel Isaí Cabero y un Roberto R. Bulnes que en la montaña parece «respirar mejor» el riañés.

Volvió a ser una final perreada. Bulnes juega sus cartas por abajo, traba medianas, mete cadera, busca tranques y Abel se protege a la espera de sacar sus cadriladas o llevarlo como apisonadora. Con sus armas sumó Bulnes media, con las suyas sumó caída y media Abel Isaí Cabero cuando sonó el pitido final y se abrazaron extenuados.

Ysólo era el segundo asalto de los cinco que ofrece el fin de semana. Liegos les espera. 
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