Corro de Santa Olaja: 'María y el orgullo del abuelo Valerio'

Tarde agradable en Santa Olaja de Eslonza, donde se percibía las ganas de lucha después de más de 40 años sin recibir a este deporte, que ha tenido por otra parte a ilustres practicantes.

Comenzó la tarde con la disputa de un corro de base en el que, además de tantos combates que hacen creer en el futuro de la luchase produjo una anécdota que nos hace creer en el futuro de la condición humana. Luchaban la final de su categoría Francisco Gil, ‘El último Pelayín’ de Liegos y Jorge Rodríguez, cuando en una caída Jorge cayó en mala postura y se lesionó en la clavícula. Lloraba el lesionadode dolor, lloraba más el sano del dolor de su rival. Ycuando minutos después le dieronel trofeo de Campeón marchó corriendo a regalarle el trofeo.

Empezó el corro femenino con un nombre propio, el de María Hidalgo, hija del pueblo que iba a competir en pesados, donde aún no había logrado ganar ningún corro esta temporada. Se agarró en semifinales con Almudena, empataron a cero y en la caída de oro le dio una entera que los aficionados recibieron con una ovación en la que se percibía las ganas que tenían de verla ganar este corro.

Faltaba la final, con Mónica Matía, que aún no conocía la derrota esta temporada. María estaba más motivada que nunca, no se la veía dispersa como otros días, aguantó a Mónica y cuando vio su oportunidad logró una entera que logró ‘guardar’ hasta el final del tiempo. Fiesta para el pueblo y, en especial, para su abuelo Macario, que seguía el corro con especial atención. «Es que yo se de qué va esto, que me agarré muchas veces».

Sugerían por la grada si Mónica no habría puesto toda la carne en el asador, no le gustó a la palentina:«Ni yo lo hago ni a María le hubiera gustado ganar así». Pues eso.
La cabo Miriam volvió a derrotar a la soldado Morala en ligeros y en el medios de la igualdad Nerea Lorenzo volvió a sacar esa raza que tanto está gustando a los aficionados.

Y este sábado, corro en Villavente.