¿Cómo afrontar el salto de las pruebas de asfalto a la montaña?

Muchos corredores se plantean el paso a las carreras de montaña en busca de nuevos retos y motivaciones, pero hay que tener varios aspectos en cuentas para no fracasar

Guillermo García
13/01/2015
 Actualizado a 18/09/2019
La Transcandamia consiguió reunir a cerca de 500 leoneses y dejó con el ‘gusanillo’ a muchos otros. | MAURICIO PEÑA
La Transcandamia consiguió reunir a cerca de 500 leoneses y dejó con el ‘gusanillo’ a muchos otros. | MAURICIO PEÑA
Tras la celebración de la cuarta edición de la Transcandamia el pasado domingo muchos corredores habituados a participar exclusivamente en pruebas de asfalto o de campo a través piensan en dar el salto a las pruebas por montaña. Es algo que está ocurriendo en los últimos tiempos entre los corredores, que llegado a un punto buscan nuevos retos y motivaciones en las pruebas por montaña. Sin embargo debemos tener varios aspectos en cuenta para no fracasar en el intento y no vivir malas experiencias. La Transcandamia es una prueba de gran dureza y que requiere un esfuerzo físico de alta intensidad pero se trata de una prueba ‘a caballo’ entre el campo a través o pruebas de asfalto con perfiles ‘rompepiernas’ y las pruebas puras de montaña. Carece del aspecto técnico y de las largas subidas y bajadas de este tipo de carreras.

Aunque las pruebas de asfalto y de campo a través tienen en común con las carreras por montaña que en todos los casos se realizan a pie, se puede considerar disciplinas con características propias y personalmente los considero deportes diferentes. Aunque hay capacidades físicas que marcan la diferencia en ambas disciplinas, hay factores únicos en cada una de ellas.

En estas líneas repasaremos los aspectos más importantes a tener en cuenta para debutar en la montaña:

1. Las distancias son mayores: aunque también existen pruebas por montaña ‘cortas’ es raro encontrarse pruebas de menos de 20 kilómetros. Lo que conlleva que estaremos compitiendo durante un mínimo de casi dos horas., por lo que la duración de nuestras sesiones de entrenamientos deberán alargarse.

2. Componente de fuerza: al igual que en las pruebas tradicionales (asfalto y campo a través) la fuerza es un aspecto clave en el rendimiento. Sin embargo en las primeras aunque tengamos una carencia de esta capacidad física podremos finalizar con éxito pruebas de una distancia no excesivamente larga. En el caso de la montaña es algo indispensable para acabar cualquier prueba de este tipo con éxito, los fuertes desniveles nos obligan a trabajar en diferentes angulaciones a las que estamos acostumbrados y exigir a nuestros músculos más que en otras pruebas. El trabajo de gimnasio, gomas, arrastres y cuestas de diferentes distancias nos ayudarán a afrontar con garantías este nuevo reto. Pero el entrenamiento en el medio al que nos vamos a enfrentar (salidas por la montaña) es el que más nos ayudará a adaptarnos.

3. Avituallamiento: en pruebas largas conocemos la importancia de beber constantemente durante la competición. En este caso se trata de pruebas muy largas en la mayoría de los casos por lo que saber cuándo beber y comer es clave. Además en muchos casos será interesante portar nosotros mismos bebida y comida (geles, barritas o similar).

4. Material: en la montaña, el tipo de pruebas es muy diverso en distancia y perfil pero deberemos hacer una reforma al contenido de nuestro armario de ‘runner’. Empezando por las zapatillas, que deberán ser especificas para la montaña y con tacos. Cada prueba es un mundo y la zapatilla de trail ideal para ella variará dependiendo de los factores del terreno y la distancia. Componentes inimaginables en las pruebas de asfalto tienen su importancia en la montaña: mochilas (camelback), pantorrilleras, guantes y portabidones.
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