Cada uno y sus ‘cadaunadas’

Una cosa piensa el borracho y otra el cantinero. Y los dos están en la misma cantina y uno vive de lo que el otro bebe.

Una cosa es ser tambor y otra ser tamborilero. Y los dos son del mismo gremio. Y uno no suena si el otro no golpea.

Una cosa piensa el amo y otra su caballo. Y los dos hacen el mismo camino. Ylos dos llegan a ser uno, pero uno arriba y otro abajo, que viene a ser lo mismo que una cosa dice el burro y otra el que lo está enjalmando, que no es lo que estás pensando si piensas que otra forma de contarlo se llama albardar.

Una cosa es predicar y otra dar trigo;que le dicen los paisanos al predicador barbado que les manda el Obispado por Semana Santa y las misiones, que suele convencer al mujerío pero recela mucho el boinaje, paisano con boina.

Una cosa es enhebrar y otra dar puntadas, que muchas veces empiezas y muy pocas llegas al final;y si no que se lo digan a los que han prometido que el lunes empiezan a quitarse los kilos de la Navidad.

Que cada uno es cada uno y tiene sus ‘cadaunadas’;por eso puede pasar, y pasa, que mientras todos los humanos piensan que algo ocurre detrás de aquella sirena que se escucha al fondo, el perro sabe que la liebre puede saltar por el lado contrario, aprovechando que nadie mira.