Buenas noches, buena suerte

Hoy sábado, vivimos la llamada jornada de reflexión. Atrás quedan dos intensas semanas de campaña, y alguna más de precampaña, que han llenado horas y horas de informativos y páginas en los periódicos.

Durante el día de hoy, prohibido queda hacer cualquier tipo de campaña, encuestas y mucho menos, pedir el voto. Sí está permitido que nuestros candidatos salgan en los medios, por eso creo que emplearán este día en un variado número de actividades, desde enfundarse las mallas ajustadas para salir a correr por la ribera del Bernesga, hacer la compra en la plaza con el carrito último modelo, cuatro ruedas, o simplemente dejarse ver y repartir besos por el centro de la ciudad.

Personalmente, no entiendo el por qué de la jornada de reflexión. ¿Ustedes creen que sirve para algo? Reflexionar, llevamos reflexionando los últimos cuatro años, o ¿es que creen que solo analizamos la situación política durante el día de hoy, y vivimos en la Inopia el resto del tiempo?

No se lo que pensarán ustedes, pero a mi esta bendita jornada me suena a antiguo, a otros tiempos. A los años ochenta, recién estrenada nuestra joven democracia, y cuando sí eran necesarias muchas reflexiones. Pero en el momento que vivimos, no tiene mucha razón de ser, siendo algo anacrónico, de la misma manera, que la típica pegada de carteles la primera noche de campaña.

En países más experimentados en esto de la democracia, este día no existe, y es muy habitual ver a los candidatos mitineando a las puertas del colegio electoral. ¡Hay que aprovechar hasta el ultimo minuto, para robar un voto al contrincante!

A diferencia de las ultimas elecciones, cuando nadie dudaba de la victoria aplastante del Partido Popular, hoy nadie se atrevería a hacer un pronóstico público del resultado, hasta la noche del domingo. Y sólo cuando esté escrutado más de la mitad de la participación, será cuando saldrán las famosas servilletas, con las quinielas que muchos guardan bajo llave.

A pocas horas de celebrar la llamada ‘fiesta de la democracia’, no soy capaz de discernir si Ciudadanos es realmente un gran partido de centro, que podría hacerse con un buen número de concejales, o si es una moda pre electoral de oportunistas, que se evaporará en el momento en el que se desprecinten las urnas y comience el recuento de verdad. Albert Rivera ha sido la foto de portada de todos los pueblos y ciudades, pero la gestión y responsabilidad institucional correrá a cargo de otros… ¿Reflexionamos?