Bolsas verdes de vidas viejas

30/11/2016
 Actualizado a 13/09/2019
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No se te ocurra tratar de razonar cuando sales de comprar una simple pila de unos grandes almacenes. La pila, con su nombre, viene en un plástico con otro anuncio, todo junto te lo meten en una bolsa, con una promoción, y en la caja te lo meten en otra bolsa, con la propaganda oficial de los grandes almacenes. Todo ello alimentará otra bolsa, la de la basura. Cinco capas para la nada.

¡Qué alegría ver una bolsa verde que no pone nada!, una bolsa contra cuyas paredes golpean directamente las patatas, las cebollas o las peras que acabas de comprar en un mercado de los de siempre, de aquellos a los que llegaban los labrantines de esta tierra con los frutos que el día anterior habían arrancado a su huerto.

Y mejor aún si van en aquellos pequeños sacos de papel de estraza que el fuego de la cocina devora sin ningún problema cuando ya ha cumplido su función. Bolsas verdes, sacos marrones, de vidas viejas.

Como viejo es el pueblo que los acoge, Mansilla, y la feria que cada año repiten, San Martín.

Como vieja e irrepetible es la vida del creador de la escultura que completa el cuadro de esta foto de salida, Muñiz Alique, artista, boxeador, paseador de un lobo como compañero, dueño del más famoso león de este León... Cosas que no caben en una bolsa.
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