Berrocal vuelve a dar alas a la Deportiva

Un gol del ariete da los tres puntos al conjunto berciano, que mete presión al Zaragoza de cara a su partido en Valladolid

Alejandro Cardenal
23/05/2015
 Actualizado a 07/08/2019
Berrocal celebra su gol ante el Lugo. | CÉSAR SÁNCHEZ
Berrocal celebra su gol ante el Lugo. | CÉSAR SÁNCHEZ
A la sexta fue la vencida. La Ponferradina puso fin a la mala racha que atravesaba durante el último mes con una victoria (1-0) ante el Lugo con un gol del particular Clark Kent blanquiazul. Porque Berrocal siempre aparece cuando su equipo lo necesita para marcar las diferencias en momentos clave de la temporada. Lo hizo el año pasado ante el Jaén y volvió a hacerle ayer, rescatando su capa de Superman del fondo del armario y poner la guinda a un partidazo con un cabezazo que permite que el sueño del ‘playoff’ siga siendo matemáticamente posible a dos jornadas del final de la Liga Adelante.

La Deportiva saltaba al terreno de juego con un nuevo ‘repóker’ de cambios, tal y como había avisado Manolo Díaz, que apostaba por un once muy similar al que alineaba hace menos de siete días ante el Llagostera, con Gaztañaga y Alberto Aguilar en el centro de la zaga, Adán Gurdiel en el lateral derecho, Tete en el extremo izquierdo y Yuri en punta.

La primera ocasión fue para el conjunto gallego. A pesar de no contar con su ‘pichichi’, Pablo Caballero, los de Quique Setién salieron sin complejos a por el partido desde el primer momento, tratando de aprovechar el mal momento anímico de los bercianos. Así, Iriome ganaba la espalda de Óscar Ramírez y encaraba a Kepa, que no conseguía robarle el balón pero obligaba al centrocampista a escorarse y su remate a portería vacía no encontraba las redes.


La Deportiva saltaba al terreno de juego con un nuevo ‘repóker’ de cambios, tal y como había avisado Manolo Díaz, que apostaba por un once muy similar al que alineaba hace menos de siete días ante el LlagosteraEl paso de los minutos fue mermando la ambición de los lucenses y dando paso a las clásicas transiciones rápidas que los blanquiazules parecían haber olvidado en las últimas jornadas, con Tete y Acorán especialmente participativos, aunque fue en las jugadas a balón parado donde la Deportiva comenzó a hacerse con las riendas del partido.

Los blanquiazules rozaron el gol en dos saques de esquina. En el primero, el balón se paseaba por el área pequeña tras una dejada de Alberto Aguilar. En el segundo, Gaztañaga remataba desviado tras un buen servicio de Adán Gurdiel.

Y es que toda el peligro nació en las botas del canterano, que volvió a aprobar con nota en el lateral. Suyo fue el centro que precedió al primer gol. El faberense apuraba la línea de fondo tras una buena combinación en el centro del campo y su rosca la remataba de forma impecable Berrocal, poniendo fin a la sequía goleadora que los de Manolo Díaz habían sufrido en las dos últimas jornadas de Liga.

El tanto espantó viejos demonios y la Deportiva recuperó su esencia. Con Andy y Jonathan ejerciendo de mariscales de campo en la medular y los mediapuntas generando superioridad constante en la línea de tres cuartos, los blanquiazules tuvieron la oportunidad de haber dejado el sentenciado el choque antes del descanso, pero el remate de Acorán tras una jugada de laboratorio salía mordido y Dani Mallo evitaba males mayores.

Las fuerzas volvieron a igualarse tras el paso por vestuarios. Quique Setién movía sus fichas tras la reanudación y el doble cambio daba un balón de oxígeno a un Lugo que comenzaba a rondar con peligro el área de Kepa, que a pesar de todo vivió uno de sus partidos más plácidos desde su aterrizaje en la capital berciana en el pasado mercado invernal.

Un minuto que pudo haberlo cambiado todo


Con los gallegos creciendo a pasos agigantados, llegó el 66’, un minuto que pudo cambiarlo todo. El Toralín pasó del drama a la ilusión en apenas 60 segundos, los que transcurrieron entre lo que estuvo a punto de convertirse en el empate y una acción que permitió vivir a los blanquiazules un final de partido menos trágico de lo acostumbrado.

Primero llegó el susto. Al igual que había hecho Iriome al comienzo del choque, Lolo Pla le ganaba la espalda a la defensa y se plantaba mano a mano con Kepa, pero su intento de vaselina se iba mansamente por encima del travesaño para alivio de un Toralín que ya había visto demasiadas veces la misma película.

Prácticamente sin tiempo para digerir la jugada, Acorán recogía un balón suelto en la línea de tres cuartos y se subía a la moto antes de ser derribado por Seoane, cuya expulsión convirtió los últimos veinte minutos, salvo un par de centros peligrosos, en un trámite para que la Deportiva recogiera tres puntos que le permiten dormir a solo uno del Zaragoza, que se ve las caras hoy con el Valladolid en Zorrilla.
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