Barcelona 26 - Ademar 25: 'Exhibición sin el premio del milagro'

Gonzalo evita que un tremendo Ademar corte la racha de triunfos del Barça / Los leoneses fallaron sus 2 últimos ataques y Andersson marcó a falta de 45 segundos

Jesús Coca Aguilera
09/11/2016
 Actualizado a 17/09/2019
Un instante del encuentro. | PERE PUNTÍ (MUNDO DEPORTIVO)
Un instante del encuentro. | PERE PUNTÍ (MUNDO DEPORTIVO)
Queda un minuto y medio para el final y el Abanca Ademar tiene opciones reales de lograr el milagro. De ser elque corte la histórica racha de triunfos en la Liga Asobal del FC Barcelona, que nunca en sus tres años y medio ganándolo todo hasta alcanzar las 100 victorias ha estado tan cerca de ‘morder el polvo’.

Pero esta vez puede caer. Porque tras un paradón de Cupara, que ha estado sensacional culminando el gran trabajo de la defensa, el Ademar ataca con 25-25 en el marcador y la sensación de que anotar supone asegurarse al menos un empate que ya hubiera sido histórico.

La juega bien el equipo ademarista, que con un sensacional Simonet en la dirección ha atacado a las mil maravillas, buscando durante todo el choque posesiones largas hasta encontrar buenas posiciones de tiro y sobre todo reduciendo al máximo el contraataque blaugrana.

Y el balón le llega Álex Costoya, que penetra y encuentra un buen lanzamiento... que se encuentra con la ‘pesadilla’ de los leoneses. La mano de Gonzalo Pérez de Vargas la desvía fuera. Es la culminación de un partidazo descomunal, en el que especialmente en una segunda parte en la que ha sido un muro ha salvado a su equipo y que ha terminado con un 46% de paradas.

Del 23-20 en el 51’ se pasó al 24-23, y Costoya y Vieyra pusieron el 25-25 con que se entró a los últimos dos minutos de partido Pero aún hay vida. Toca apretar los dientes en defensa, donde la consigna ha sido clara y ha salido muy bien: evitar los ‘zambombazos’ de la primera línea aunque eso supusiera que le hicieran daño los pivotes. Sin embargo esta vez Lasse Andersson, que llevaba un gol de cuatro lanzamientos, encuentra el hueco en el 6-0 ademarista y supera a Cupara para poner el 26-25... que sería definitivo.

Porque el final no pudo ser más cruel. No sólo se iba de vacío elAdemar pese a su estratosférico partido, sino que mandaba al limbo su opción de empatar. Con 45 segundos por delante, Guijosa preparaba jugada. Al igual que en los tres últimos ataques retira al portero y saca siete jugadores de campo, algo que ha sorprendido a los blaugrana. Pero en un error de compenetración Vieyra, que ha sido junto a Juanín, Piñeiro y los citados Costoya ySimonet la referencia en ataque, manda un pase a la grada.

Injusto destino para un Ademar que lo tuvo en la mano. Que estuvo en partido desde el principio hasta el final, pues el FC Barcelona (que no convocó a Sorhaindo ni Jicha) nunca llegó a tener más de tres goles de ventaja en todo el encuentro.

En los tres últimos ataques Gonzalo, que firmó un 46%, detuvo el tiro de Costoya, Lasse marcó y Vieyra perdió el balón De hecho, en el minuto 23 del choque, los leoneses mandaban en el marcador con el 10-11, que a la postre sería junto al 0-1 la única vez que estuvieran por delante. Sin embargo, ahí llegaría el apagón ofensivo. O más bien, el inicio de la exhibición de Gonzalo Pérez de Vargas en portería.

Dos errores claros en los lanzamientos de Leo Santos y otros dos de Mario López permitían el despegue del Barcelona, que lograba un parcial de 4-0 en seis minutos y se iba de tres, 14-11, su máxima renta de un choque que se iría con 14-12 al descanso.

No es una película extraña para el FCBarcelona. Ya le ha pasado más veces. Pero el guión normalmente apunta a que en el inicio de la segunda mitad acaban ‘rompiendo’ el partido. Pero el Ademar evitó ese esperado arreón y reaccionó a cada intento de despegue.

En especial, a dos momentos delicados. El 17-14 de salida que se convirtió en 18-17, y el 23-20 del minuto 51 que parecía decisivo y pasó a ser un 24-23 tras forzar dos exclusiones casi consecutivas y marcar primero Vieyra de penalti y luego Piñeiro y Costoya.

Así, tras un penalti que metía Lazarov, y dos grandes tantos de Costoya y Vieya desde nueve metros, se llegaba a ese dramático final con el 25-25.

Y en él salió cruz. El sueño se evaporaba. El orgullo permanece.
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