Balboa confía en contar con fondos de actuaciones urgentes para su castillo

Pese a que Balboa había pedido una actuación de urgencia en su castillo, dada la situación calamitosa de su torre central, la Dirección General de Patrimonio solo incluyó en sus presupuestos una partida para consolidar una estancia del Castillo de Sarracín, en Vega de Valcarce. Sin embargo, el alcalde de Balboa, Juan José López espera que Patrimonio articule alguna fórmula de incluir los 49.000 euros que se le demandaba en otro capítulo «como fondos destinados a obras urgentes», apunta. López lamenta que las ruinas del castillo, que representan un atractivo turístico para la zona, no sean visitables por el peligro de derrumbe de su torre, a la que le faltan dos paredes. La situación es tal que el alcalde ha anunciado que se colocarán carteles advirtiendo del peligro que pueden correr los turistas que realizan la visita a los restos de la fortaleza por su cuenta y riesgo.

La fortaleza es de propiedad municipal desde que el Consistorio la adquiriera en 2006 con el fin de abrirla a las visitas, algo que en la actualidad no es posible. Además, se pretendía poner en marcha un plan director de mejora global que incluyera un plan arqueológico también, con el fin de investigar los secretos que se guardan bajo el castillo.

La torre del homenaje es lo único que se puede ver de la fortaleza, que no se ha deteriorado más este invierno «porque no ha venido con fuerza, si no sí podría haber sufrido daños», dice el regidor.

Pese a que la Junta no ha contemplado en esta ocasión la partida correspondiente a esas obras de urgencia, López esperaráque lo haga sin llamar a la puerta de otras administraciones «porque, aunque pudiéramos conseguir el dinero, todo lo que se haga en la fortaleza debe pasar por Patrimonio», justifica. Sobre la mesa, un curriculum que hace que el castillo esté posicionado para conseguir esa ayuda.Cuenta con protección como Bien Protegido declarado en 1949, aunque es municipal.

Los vestigios que ahora son visibles hablan de una construcción inicial del siglo XIII, aunque incluso se apunta a que se construyó sobre otro castillo, que habría usado de cimientos un castro. El castillo estuvo en manos de la familia de los Rodríguez de Valcárcel, aunque en el siglo XV fue del Conde de Lemos, después de la familia de los Osorio e incluso fue propiedad de los Reyes Católicos y de los marqueses de Villafranca. Al final, perteneció a la familia Cerezales a la que se lo compró el Consistorio por 3.000 euros.