Bailando con losas

21/06/2017
 Actualizado a 07/09/2019
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La niña juega y baila sobre una plaza de pequeñas baldosas que encierran y tapan, cada una de ellas, historias, recuerdos, memorias... de otros bailes anteriores, de otros paseos, de otras ferias, de viejos carros, de nuevos coches.

La niña juega y baila sobre las pequeñas historias que completan el puzzle de una historia mayor. A la que el tiempo da más valor.

En las páginas interiores del periódico dehoy aparecen otras pequeñas baldosas, en este caso cuentos, que componen otra plaza, la de las historias del mundo rural, la de las gentes del mundo rural, sus costumbres, sus tradiciones, sus personajes, su lenguaje, su forma de mirar y ver el mundo con esos ojos que tantas cosas han visto. El albañil de esta plaza de letras, un veterano periodista, dice que cada mañana se despertó en medio del realismo mágico y con el tiempo supo que existía también en Ultramar, allí donde emigraron tantas gentes de su Zamora natal que al no regresar —¿a qué, de qué comer?— pusieron la primerapiedra de la historia más triste jamás contada:la de la despoblación, la del olvido, la del abandono, la del desprecio, la del arrinconamiento, la del entierro en vida, la mayor de las crueldades.

Olvidar la historia de nuestras plazas o la de nuestras gentes sólo es contribuir a nuestro propio alzheimer colectivo.
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