Asociarse, un arma de lucha contra el desempleo

Seis jóvenes mujeres de Paredes de Nava se han asociado en una cooperativa textil para acabar con su situación de desempleo y lograr permanecer en su pueblo

Ical
29/01/2017
 Actualizado a 07/09/2019
Seis mujeres, Ana Gutierrez, Lorena Jato,Virginia Iglesias, Merche Díaz, Rut García y Beatriz Cardeñosa, han constituido una nueva cooperativa textil que se dedicará a la elaboración de ropa de trabajo en la localidad de Paredes de Nava (Palencia). | ICAL
Seis mujeres, Ana Gutierrez, Lorena Jato,Virginia Iglesias, Merche Díaz, Rut García y Beatriz Cardeñosa, han constituido una nueva cooperativa textil que se dedicará a la elaboración de ropa de trabajo en la localidad de Paredes de Nava (Palencia). | ICAL
Frenar la despoblación y lograr que los jóvenes se queden a vivir en el medio rural es una de las preocupaciones de las administraciones pero, sobre todo, resulta una cuestión primordial para los habitantes de los pueblos que han visto cómo en los últimos años la crisis del campo y el auge de las ciudades les ha hecho perder el esplendor del que gozaban antaño.

Dentro de esa lucha contra el éxodo rural, destacan las iniciativas emprendedoras que consiguen echar raíces en el territorio y enraizar a los jóvenes en los pueblos donde crecieron, acciones en las que innovación y tradición juegan un papel importante. Un ejemplo de esto radica en la localidad terracampina de Paredes de Nava, donde otrora las cooperativas textiles de mujeres jugaron un papel importante en la economía de la villa y, hoy en día, están constituyendo un freno contra la marcha de los jóvenes de la localidad. La última de estas iniciativas se está fraguando. Seis jóvenes de entre 20 y 30 años continúan su formación dentro del sector textil para revertir su situación de desempleo y lanzar su propia producción desde su pueblo.

La andadura del proyecto se inició en septiembre, cuando cuatro de las socias realizaron un curso de corsetería ofertado por la Diputación de Palencia y en el que adquirieron conocimiento de costura industrial. “Seguimos practicando y formándonos porque lo que vamos a hacer es algo diferente y hay maquinaria que es distinta”, explica la presidenta de la cooperativa, Ana Gutiérrez.

En este camino están recibiendo el apoyo de otras cooperativas del sector radicadas en el municipio, en concreto de la cooperativa de Nuestra Señora de Carmen. “Nos han animado mucho a asociarnos y nos están apoyando en estos días que nos estamos formando. Nos están enseñando a montar bolsillos y cremalleras, por ejemplo”, comenta.

Junto al apoyo que reciben de estas otras cooperativistas, es el Ayuntamiento de la villa de Tierra de Campos el que les ha prestado el local donde, en breve, comenzarán su producción textil. “Las inversiones de maquinaria y luz corren por nuestras cuenta”, unos gastos iniciales que, concreta, “han sido grandes”.

La presidenta de esta nueva cooperativa textil también hace hincapié en que la intención de adentrarse en esta nueva aventura empresarial fue, además de acabar con su situación de desempleo, “seguir viviendo en el pueblo”. “Para nosotras era muy bueno seguir aquí”. “Mucha gente nos han llamado locas porque hemos empezado de cero”, pero reconoce todos los apoyos, en especial el de sus familias.

La villa paredeña tuvo como piedra angular de su economía al sector textil, un gremio en el que actualmente trabajan más de una treintena de mujeres de la localidad y su comarca. Este sector se está volviendo a revitalizar debido a los cambios en las tendencias del consumo en las que para un sector comienza a primar la calidad frente al precio, aunque siguen teniéndose que enfrentar a las producciones a gran escala.
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